Recibiréis Poder

281/367

Buscar la armonía, 6 de octubre

Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superior a él mismo. Filipenses 2:3. RP 290.1

Los siervos de Dios han de trabajar en perfecta armonía. La contienda produce alienación, lucha y discordia. Se me ha instruido que nuestras iglesias no tienen necesidad de perder tiempo en rencillas. Cuando el espíritu de contienda batalle por la supremacía, deténganse, arreglen las cosas; si no, Cristo vendrá rápidamente y quitará el candelero de su lugar. Hágase una obra ferviente de arrepentimiento. Escudriñe el Espíritu de Dios la mente y el corazón, y limpie todo lo que estorbe la reforma necesaria. Hasta que esto se realice, Dios no puede concedernos su poder y gracia. Y mientras estemos sin esto, los hombres tropezarán y caerán, y no sabrán en qué tropezaron. RP 290.2

El amor de Cristo es el lazo que ha de unir la mente y el corazón de los creyentes. RP 290.3

La sangre de Cristo fue derramada para toda la familia humana. Ninguno necesita perderse. Los que no se salvan perecerán porque decidieron renunciar a una eternidad de bendición a cambio de la satisfacción de seguir sus propios caminos. Esta fue la elección de Satanás, y hoy su obra y su reino testifican del carácter del paso que dio. El crimen y la miseria que llenan nuestro mundo, los horribles asesinatos que ocurren diariamente, son los frutos de la sumisión del hombre a los principios de Satanás. RP 290.4

Mis hermanos, lean el libro del Apocalipsis del principio al fin, y pregúntense si no sería mejor pasar menos tiempo en luchas y contiendas, y comenzar a pensar cuán rápidamente nos acercamos a la gran crisis final. Los que procuran hacer aparecer sin significación especial los juicios que el Señor envía ahora a la tierra, pronto serán forzados a entender lo que ahora eligen no comprender.—The Review and Herald, 20 de agosto de 1903. RP 290.5