Recibiréis Poder

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Para establecer la verdad bíblica, 13 de agosto

Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él. Efesios 1:17. RP 236.1

Las doctrinas se fueron desarrollando en orden, y, a medida que avanzábamos en la línea profética revelada en la Palabra de Dios, fuimos llegando a la verdad que es sagrada y eterna. Quienes paso a paso repasaron la historia de nuestra experiencia observando la cadena de verdad que hay en las profecías, fueron preparados para aceptar y obedecer cada rayo de luz. Oraban, ayunaban, investigaban y cavaban por la verdad como los que buscan tesoros escondidos, y, como sabemos, el Espíritu Santo nos guiaba y enseñaba. RP 236.2

Se propusieron muchas teorías con apariencia de verdad, pero, al estar mezcladas con pasajes mal interpretados y mal aplicados, conducían a errores peligrosos. Conocemos muy bien cómo se estableció cada punto de la doctrina, y el sello puesto sobre ellos por el Santo Espíritu de Dios. Todo el tiempo se oían voces que decían: “Aquí está la verdad”, “Yo tengo la verdad; síganme”. Pero venía la advertencia: “No los sigáis. Yo no los envié, pero ellos corrieron” véase Jeremías 23:21. RP 236.3

La conducción del Señor fue notable, y muy maravillosas fueron sus revelaciones acerca de la verdad. El Señor Dios del cielo la estableció punto por punto. Lo que entonces fue verdad, lo es también hoy. Pero no cesan de oírse las voces: “Esto es la verdad. Yo tengo nueva luz”. Sin embargo, esta “nueva luz” en las líneas de interpretación proféticas es una mala aplicación de la Palabra, lo que deja al pueblo de Dios a la deriva y sin un ancla para sostenerlo. Si los estudiantes de las Escrituras tomaran las verdades que Dios ha revelado en la conducción de su pueblo, y se apropiaran de ellas, las digirieran y las asimilaran en la vida diaria, serían canales vivos de luz. En cambio, los que se dedicaron a estudiar nuevas teorías y mezclaron la verdad con el error para tratar de destacar estas cosas, demostraron que, al no encender sus lámparas en el altar divino, se apagaron totalmente.—Manuscript Releases 17:4, 5. RP 236.4