Recibiréis Poder

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Lenguas: para predicar el evangelio, 15 de julio

Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire. Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí. 1 Corintios 14:9-11. RP 207.1

Los ministros que sirven con la palabra y la doctrina deberían ser obreros cabales, y presentar la verdad en toda su pureza, pero con sencillez. Deberían también alimentar al rebaño con alimento limpio, debidamente aventado. Hay estrellas errantes que profesan ser ministros enviados por Dios, que predican el sábado de un lugar a otro, pero al tener la verdad mezclada con el error, confunden a la gente con su mezcolanza de posiciones discordantes. Satanás los ha introducido para fastidiar a los incrédulos que son inteligentes y sensibles. RP 207.2

Algunos de ellos hablan mucho acerca de los dones, y a menudo causan mucha ansiedad. Se entregan a emociones turbulentas y excitantes y producen sonidos ininteligibles que ellos llaman el don de lenguas. Cierta clase de personas parecen quedar encantadas con estas extrañas manifestaciones. Un espíritu raro conduce a esta gente. Están listos para aplastar y pasar por sobre cualquiera que los reprenda. El Espíritu de Dios no está en esa actitud y tampoco ayuda a tales obreros. Tienen otro espíritu, y sin embargo, dichos predicadores logran éxito con ese tipo de personas. Esto aumentará grandemente el trabajo de los siervos a quienes Dios enviará, y que están calificados para presentar el sábado y los dones de manera apropiada a la gente, y cuya influencia y ejemplo son dignos de imitar. RP 207.3

La verdad debería ser presentada de una forma que la haga atractiva a las mentes inteligentes. No somos comprendidos como pueblo, sino que nos consideran como pobres, de mente débil, baja y degradada. Por esto, cuán importante es que en todos los que enseñan, y cuantos crean la verdad, sean muy evidentes los efectos de una influencia santificadora, y que sus vidas nobles y consecuentes muestren a los no creyentes que ellos han sido engañados con respecto a este pueblo. Cuán grande es la importancia de que se elimine de la causa de la verdad todo lo que parezca una excitación falsa y fanática; que la verdad se levante sobre sus propios méritos y revele su verdadera pureza y carácter exaltado.—Testimonies for the Church 1:414. RP 207.4