Mente, Carácter y Personalidad 2

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Animemos a los desanimados

Al trabajar en favor de las víctimas de los malos hábitos, en vez de señalarles la desesperación y ruina hacia las cuales se precipitan, dirijan sus miradas hacia Jesús. Hagan que se fijen en las glorias de lo celestial. Esto será más eficaz para la salvación del cuerpo y del alma que todos los terrores del sepulcro puestos delante del que carece de fuerza y aparentemente de esperanza.—El Ministerio de Curación, 41 (1905). 2MCP 434.6