Mente, Carácter y Personalidad 2

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Cómo se forma el carácter (consejo a una madre)

Tratar con las mentes humanas es un trabajo muy delicado. La disciplina necesaria para uno quebrantaría a otro; por lo tanto, padres, estudien el carácter de sus hijos. Nunca sean rudos ni actúen por impulso. 2MCP 193.2

He visto a una madre arrebatar de la mano de su hija algo que le estaba proporcionando un placer especial, y la niña no entendía la causa de la privación. La pequeña rompió a llorar públicamente por sus sentimientos sometidos e injuriados. Luego la madre detuvo su llanto dándole un duro castigo, y hasta donde la apariencia exterior lo demostraba, la batalla había terminado. Pero la batalla dejó su impresión en la tierna mente de la niña, y esa impresión no podrá ser borrada fácilmente. Le dije a la madre: “Usted está muy equivocada con respecto a su hijita. Ha herido su alma y ha hecho que ella perdiera la confianza en usted. No sé cómo podrá restaurarla”. 2MCP 193.3

Esa madre fue muy insensata; ella se dejó arrastrar por sus sentimientos y no actuó cautelosamente, razonando de causa a efecto. Su conducción áspera, poco juiciosa, excitó las peores pasiones en el corazón de su hija. Actuar por impulso en el gobierno de la familia es la peor manera de actuar. Cuando los padres contienden con sus hijos—en cualquiera de sus formas—sobreviene una lucha desigual. ¡Cuán injusto es oponer años y fuerza madura al desamparo y la ignorancia de un niño pequeño! Cada exhibición de ira de parte de los padres confirma la rebelión en el corazón de los niños. 2MCP 193.4

No es mediante un acto que se forma el carácter, sino por una repetición de actos que se establecen los hábitos y se confirma el carácter. Para tener un carácter semejante al de Cristo es necesario actuar como lo hacía Cristo. Los cristianos mostrarán un carácter santo y sus acciones e impulsos serán motivados por el Espíritu Santo.—The Signs of the Times, 6 de agosto de 1912. 2MCP 193.5