Mente, Carácter y Personalidad 2

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La fe purifica el alma

Es necesario que tengamos fe, una fe viva, que obre por el amor y purifique el alma. Debemos aprender a llevarle todo al Señor con sencillez y fe ferviente. La mayor carga que tenemos que llevar en esta vida es el yo. A menos que aprendamos a ser mansos y humildes en la escuela de Cristo, perderemos preciosas oportunidades y privilegios en cuanto a llegar a conocer a Jesús. El yo es lo más difícil que tenemos que manejar. Cuando depongamos nuestras cargas, no nos olvidemos de dejar el yo a los pies de Cristo. 2MCP 183.5

Póngase en las manos de Jesús, para ser modelado y conformado por él, para que pueda llegar a ser un vaso de honra. Sus tentaciones, sus ideas y sus sentimientos deben ser depositados a los pies de la cruz. Entonces el alma estará lista para escuchar las palabras de la instrucción divina. Jesús le dará a beber de las aguas que corren por el río de Dios. Bajo la influencia suavizante y subyugadora del Espíritu Santo, su frialdad y su indiferencia desaparecerán. Cristo será en usted una fuente de agua que salte para vida eterna.—Carta 57, 1887. 2MCP 184.1