Mente, Carácter y Personalidad 2

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La fe obra

Cuando miran el Calvario, no es para tranquilizar su alma en el incumplimiento del deber, no es para disponerse a dormir, sino para crear fe en Jesús, fe que obrará purificando el alma del cieno del egoísmo. Cuando nos aferramos a Cristo por la fe, nuestra obra no ha hecho más que comenzar. Todo hombre tiene hábitos corruptos y pecaminosos que deben ser vencidos mediante una lucha intensa. A toda alma se le pide que libre la lucha de la fe. Si uno es seguidor de Cristo, no puede ser áspero en su trato, no puede ser duro de corazón, desprovisto de compasión; no puede ser vulgar en su lenguaje, no puede estar lleno de pomposidad y estima propia; no puede ser despótico, ni puede usar palabras ásperas, censurar y condenar.—Comentario Bíblico Adventista 6:1111 (1890). 2MCP 183.2