Mente, Carácter y Personalidad 1

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Capítulo 6—Una saludable normalidad

La fuente de la verdadera felicidad

Hay personas de imaginación enfermiza para quienes la religión es un tirano, que las gobierna con vara de hierro. Estos lamentan constantemente su propia depravación, y gimen por males supuestos. No existe amor en su corazón; su rostro es siempre ceñudo. Las deja heladas la risa inocente de la juventud o de cualquiera. Consideran como pecado toda recreación o diversión, y creen que la mente debe estar constantemente dominada por pensamientos austeros. Este es un extremo. 1MCP 61.1

Otros creen que la mente tiene que dedicarse constantemente a inventar nuevas diversiones a fin de tener salud. Aprenden a depender de la emoción, y se sienten intranquilos sin ella. Estos no son verdaderos cristianos. Van a otro extremo. 1MCP 61.2

Los verdaderos principios del cristianismo abren ante nosotros una fuente de felicidad, cuya altura, profundidad, longitud y anchura son inconmensurables. Cristo es en nosotros una fuente de agua que brota para vida eterna. Es un manantial inagotable del cual el cristiano puede beber a voluntad, sin apurarlo nunca.—Joyas de los Testimonios 1:178 (1867). 1MCP 61.3