Mensajes para los Jóvenes

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La unión de la voluntad de Dios y la del hombre

Habla de la fe. Manténte de parte de Dios. No pises en terreno del enemigo, y el Señor será tu Ayudador. Él hará por ti lo que no puedes hacer por ti mismo. El resultado será que llegarás a ser como un “cedro del Líbano”. Vivirás una vida noble, y harás tus obras en Dios. Habrá en ti un poder, un fervor y una sencillez que te constituirán en un instrumento perfecto en manos de Dios. MJ 106.1

Necesitas beber diariamente de la fuente de la verdad, con el fin de entender el secreto del placer y el gozo en el Señor. Pero debes recordar que tu voluntad es la fuente de todas tus acciones. Esta voluntad, que constituye un factor tan importante en el carácter del hombre, fue puesta, en ocasión de la caída, bajo el dominio de Satanás; y desde entonces él ha estado obrando en el hombre el querer y hacer su beneplácito, pero para la completa miseria y ruina del ser humano. MJ 106.2

Pero el infinito sacrificio de Dios al dar a Jesús su amado Hijo, para que fuese sacrificado por el pecado, le permite decir, sin violar ningún principio de su gobierno: “Entrégate a mí; dame tu voluntad; sustráela del dominio de Satanás y yo tomaré posesión de ella; entonces podré obrar en ti el querer y el hacer según mi voluntad”. Cuando él te da la mente de Cristo, tu voluntad llega a ser como la suya, y tu carácter se transforma para ser como el carácter de Cristo. ¿Es tu propósito hacer la voluntad de Dios? ¿Quieres obedecer las Escrituras? “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.1 MJ 106.3

No existe tal cosa como seguir a Cristo a menos que rehúses satisfacer tus inclinaciones y decidas obedecer a Dios. No son tus sentimientos ni tus emociones los que te hacen un hijo de Dios, sino el hacer la voluntad de Dios. Si tu voluntad llega a ser la voluntad de Dios, te espera una vida de utilidad. Entonces podrás mantenerte firme como hombre de Dios, un ejemplo de buenas obras. Entonces ayudarás a mantener las reglas de la disciplina en vez de ayudar a quebrantarlas. Entonces ayudarás a mantener el orden, en vez de despreciarlo e incitar a otros, con tu proceder, a una vida desordenada. MJ 106.4

Te digo, en el temor de Dios, que sé lo que puedes llegar a ser si pones tu voluntad de parte de Dios. “Somos colaboradores con Dios”.2 Puedes estar haciendo tu obra para hoy y la eternidad en forma tal que soporte la prueba del juicio. ¿Quieres hacer la prueba? ¿Quieres cambiar completamente ahora? Eres objeto del amor y la intercesión de Cristo. ¿Quieres entregarte ahora a Dios y ayudar a los que actúan como centinelas para guardar los intereses de su obra, en vez de causarles pena y desaliento?—Testimonios para la Iglesia 5:484-487. MJ 107.1