Mensajes para los Jóvenes

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Nuestra constante dependencia

Los que dejan de sentir que dependen constantemente de Dios, serán vencidos por la tentación. Podemos suponer ahora que nuestros pies están seguros y que nunca seremos movidos. Podemos decir con confianza: “Yo sé a quién he creído; nada quebrantará mi fe en Dios y su Palabra”. Pero Satanás está proyectando aprovecharse de nuestras características heredadas y cultivadas, y cegar nuestros ojos acerca de nuestras propias necesidades y defectos. Únicamente comprendiendo nuestra propia debilidad, y mirando fijamente a Jesús, podemos estar seguros.—El Deseado de Todas las Gentes, 345, 346. MJ 70.4