Mensajes para los Jóvenes

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El ideal de Dios

Entre los jóvenes que profesan piedad, hay una clase numerosa que parece contradecir esta declaración. No progresan en conocimiento ni en espiritualidad. Sus facultades se atrofian en lugar de desarrollarse. Pero las palabras del salmista son ciertas en cuanto al cristiano genuino. No es ciertamente la letra desnuda de la Palabra de Dios lo que da luz y entendimiento; es la Palabra abierta y aplicada al corazón por el Espíritu Santo. Cuando un hombre se convierte de veras, se hace hijo de Dios, participante de la naturaleza divina. No solo renueva el corazón, sino que se fortalece y vigoriza el intelecto. Ha habido muchos casos de personas que antes de la conversión eran tenidas por poseedoras de un talento común y corriente, pero que después de su conversión parecían enteramente transformadas. Manifestaban entonces notable poder para comprender las verdades de la Palabra de Dios y para presentarlas a otros. Hombres de elevada reputación intelectual han considerado un privilegio tener relaciones con tales personas. El Sol de justicia, iluminando sus mentes con sus brillantes rayos, avivaba toda facultad para que produjera una acción más vigorosa. MJ 45.3

Dios hará una gran obra por los jóvenes si ellos quieren, mediante la ayuda del Espíritu Santo, recibir su Palabra en el corazón y obedecerla en la vida. Él trata constantemente de atraerlos a sí, el Manantial de toda sabiduría, la Fuente de bondad, pureza y verdad. La mente que se ocupa en asuntos elevados, se ennoblece. MJ 46.1