Mensajes para los Jóvenes

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La destrucción de la confianza

Satanás ha fracasado al tentar a Cristo en el desierto. Se ha consumado el plan de salvación. Ha sido pagado un costosísimo precio por la redención del hombre. Y ahora Satanás trata de arrancar el cimiento de la esperanza del cristiano, y dirigir las mentes de los hombres por otro cauce, de modo que no sean beneficiados ni salvados por el gran sacrificio ofrecido. Él induce al hombre caído, mediante “todo tipo de maldad”,2 a creer que puede muy bien arreglarse sin propiciación; que no necesita depender de un Salvador crucificado y resucitado; que los méritos propios del hombre le darán derecho al favor de Dios; y luego destruye la confianza del hombre en la Biblia, sabiendo bien que está seguro si tiene éxito en esto, y es destruido el detector que lo señala. MJ 41.1

Afirma en las mentes la ilusión de que no hay demonio personal, y los que creen esto no se esfuerzan por resistir lo que no existe y luchar contra ello; así, los pobres y ciegos mortales adoptan finalmente la máxima: “Todo lo que existe está bien”. No reconocen regla para medir su conducta. Satanás induce a muchos a creer que la oración a Dios es inútil, que no es sino una forma. Bien sabe él cuán necesarias son la meditación y la oración para mantener despiertos a los seguidores de Cristo para que resistan su astucia y sus engaños. Los ardides de Satanás apartarán la mente de estas prácticas importantes para que el alma no se apoye en el Poderoso para recibir ayuda y obtener fuerza para resistir sus ataques [...]. MJ 41.2

Convendrá a sus propósitos que descuidemos la práctica de la oración, pues entonces se aceptan más fácilmente sus maravillas mentirosas. Al presentar sus tentaciones engañosas al hombre, Satanás cumple el objetivo que no pudo realizar al tentar a Cristo. A veces se presenta bajo la forma de una hermosa persona joven, o de una bella sombra. Efectúa curaciones y es adorado por mortales engañándolos como benefactor de nuestra raza [...]. MJ 41.3