Mensajes para los Jóvenes

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El peligro de los afectos prematuros

El cariño forjado en la infancia ha terminado frecuentemente en uniones desgraciadas, o separaciones vergonzosas. Rara vez han resultado felices las uniones tempranas, si han sido hechas sin el consentimiento de los padres. Deberían mantenerse sujetos los afectos juveniles hasta que llegue el tiempo en que la edad y la experiencia suficientes permitan libertarlos con honra y seguridad. Los que no se dejan sujetar están en peligro de vivir una vida desdichada. El joven que aún no ha pasado los veinte años es un pobre juez de la idoneidad de una persona tan joven como él para ser la compañera de su vida. Una vez que ha madurado su criterio, se contemplan atados uno a otro para siempre, y quizá sin condiciones para hacerse mutuamente felices. Entonces, en vez de tratar de sacar el mejor partido de su suerte, se hacen recriminaciones, la brecha se agranda hasta sentir completa indiferencia y despreocupación del uno hacia el otro. La palabra hogar no tiene nada de sagrado para ellos. Hasta su misma atmósfera está envenenada por palabras duras y amargos reproches. (A Solemn Appeal, 11, 12; edición Signs Publishing Co. Ltd.). MJ 319.3