Mensajes para los Jóvenes

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No hay que confiar en los impulsos

Los jóvenes confían demasiado en los impulsos. No deberían entregarse demasiado prestamente ni dejarse cautivar tan pronto por el exterior atrayente del objeto de sus afectos. El noviazgo, tal cual se realiza en esta época, es una farsa e hipocresía donde tiene más que ver el enemigo de los seres humanos que el Señor. Si en algo se necesita el buen sentido es en esto, pero el hecho es que este tiene poca injerencia en el asunto. MJ 318.2

Si los hijos tuvieran más familiaridad con sus padres, si les hicieran confidencias y les confiaran sus gozos y penas, se ahorrarían muchos pesares futuros. Cuando se hallen perplejos ante el camino a seguir, expongan ante sus padres su punto de vista y pídanles consejo. ¿Quiénes mejor que sus piadosos padres podrán señalarles los peligros? ¿Quiénes mejor que ellos podrán comprender sus temperamentos especiales? MJ 318.3

Los hijos cristianos apreciarán por encima de toda bendición terrenal el amor y la aprobación de sus padres piadosos; y estos pueden apoyar a los hijos y orar por ellos, y con ellos, para que Dios los proteja y guíe. Les indicarán, más que toda otra cosa, al Amigo y Consejero que se conmoverá por la sensación de sus flaquezas. Aquel que fue tentado en todo punto como nosotros, pero sin pecado, sabe cómo socorrer a los que son tentados.—The Review and Herald, 26 de enero de 1886. MJ 318.4