Mensajes para los Jóvenes

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Capítulo 133—Cómo pasar los días feriados

La recreación es necesaria para los que se dedican al trabajo físico, y es aún más esencial para quienes tienen una labor principalmente mental. Pero no es esencial para nuestra salvación, ni para la gloria de Dios, mantener la mente trabajando constante y excesivamente, ni siquiera en temas religiosos. Hay diversiones como el baile, los naipes, el ajedrez, las damas, etc., que no podemos aprobar, porque el cielo las condena. Esas diversiones abren la puerta a un gran mal. No son benéficas en su tendencia, sino que tienen una influencia excitante y producen en algunas mentes una pasión por los juegos que los llevará a jugar por dinero y al exceso. Todos estos juegos deben ser condenados por los cristianos, y deben sustituirse por algo que sea perfectamente inocuo. MJ 278.1

Vi que no deberíamos festejar los días feriados como lo hace el mundo, y sin embargo, no deben pasar inadvertidos, porque ello producirá descontento en nuestros hijos. Existe durante esos días el peligro de que nuestros hijos estén expuestos a las malas influencias y salgan corrompidos por los placeres y la excitación del mundo. Por tanto, estudien los padres la manera de ofrecerles algo que reemplace esas diversiones peligrosas. Denles a entender que buscan su bien y felicidad. MJ 278.2

Reúnanse varias familias que viven en una ciudad o pueblo, y dejando las ocupaciones que los han cansado física y mentalmente, realicen una excursión al campo, a orillas de un hermoso lago o un lindo bosque, donde el panorama de la naturaleza sea hermoso. Deben proveerse de alimentos sencillos e higiénicos, las mejores frutas y cereales, y tender la mesa a la sombra de un árbol o bajo la bóveda celeste. El viaje, el ejercicio y el paisaje despertarán el apetito, y disfrutarán de una comida que los reyes envidiarían. MJ 278.3

En tales ocasiones, los padres y los hijos deben sentirse libres de cuidados, trabajos y perplejidades. Los padres debieran hacerse niños como sus hijos, y acomodarlo todo tan placenteramente para ellos como sea posible. Dedíquese todo el día a la recreación. MJ 278.4

A quienes cuyo empleo sea sedentario o los obligue a estar entre cuatro paredes, el ejercicio al aire libre les resultará benéfico para la salud. Todos los que puedan hacerlo deben considerar como un deber el seguir esta conducta. No perderán nada, sino que ganarán mucho. Podrán volver a sus ocupaciones con nueva vida y nuevo valor, para dedicarse a su trabajo con celo, y estarán mejor preparados para resistir las enfermedades.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 371, 372. MJ 278.5