Mensajes para los Jóvenes

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El adorno interior

¿Tratarán los seguidores de Cristo de obtener el adorno interior, el espíritu manso y tranquilo que Dios considera de gran precio, o malgastarán las breves horas de gracia en innecesario afán de ostentación? El Señor quiere que la mujer trate constantemente de mejorar su mente y corazón, de obtener fuerza intelectual y moral para vivir una vida útil y feliz que sea una bendición para el mundo y una honra para su Creador. MJ 252.2

Yo preguntaría a las jóvenes de hoy, que profesan creer la verdad para este tiempo, en qué se niegan a sí mismas por amor a la verdad. Cuando desean realmente una prenda de vestir o algún adorno o comodidad, ¿presentan el asunto a Dios en oración para saber si su Espíritu sancionaría ese gasto? Al preparar su ropa, ¿tienen cuidado de no deshonrar su profesión de fe? ¿Pueden pedir la bendición del Señor sobre el tiempo así empleado? Una cosa es unirse a la iglesia, y otra bien distinta unirse a Cristo. Las personas sin consagración, amantes del mundo, que profesan ser religiosas, son una de las causas más serias de la debilidad de la iglesia de Cristo. MJ 252.3

En esta época del mundo hay un afán de placeres sin precedentes. Prevalecen por todas partes la inmoralidad y la extravagancia atrevida. Las multitudes están ansiosas de diversiones. La mente se vuelve liviana y frívola porque no está acostumbrada a la meditación ni disciplinada para el estudio. Es corriente un sentimentalismo ignorante. Dios requiere que cada mente sea cultivada, refinada, elevada y ennoblecida. Pero con demasiada frecuencia se descuida todo progreso noble, por una ostentación de la moda o un placer superficial. Las mujeres permiten que su vida sea consumida y empequeñecida por la moda, y así llegan a ser una maldición para la sociedad, más bien que una bendición.—The Review and Herald, 6 de diciembre de 1881. MJ 252.4