Mensajes para los Jóvenes

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Capítulo 94—El efecto de la ficción

Muchos jóvenes dicen: “No tengo tiempo para estudiar mi lección”. Pero ¿qué están haciendo? Algunos aprovechan todos sus momentos para ganar unos pocos centavos más, cuando ese tiempo, si en vez de ser dedicado al trabajo, lo dedicaran al estudio de la Biblia, les ahorraría, si pusieran en práctica las lecciones, más que la suma ganada trabajando horas adicionales. Les ahorraría mucho dinero que gastan en adornos innecesarios, y les preservaría el vigor mental para comprender el misterio de la piedad. “El principio de la sabiduría consiste en venerar al Señor”.1 MJ 205.2

Pero estos mismos jóvenes que profesan ser cristianos, satisfacen los deseos del corazón carnal siguiendo sus propias inclinaciones; y el tiempo de gracia que Dios les da para familiarizarse con las preciosas verdades de la Biblia, es dedicado a la lectura de cuentos ficticios. Este hábito, una vez formado, es difícil de vencer, pero puede y debe ser vencido por todos los que son candidatos para el mundo celestial. MJ 205.3

La mente que se dedica a la lectura de novelas, se arruina. La imaginación se pone enfermiza, el sentimentalismo se posesiona de la mente y hay un vago desasosiego, un extraño apetito por el alimento mental malsano, que desequilibra de continuo la mente. En los asilos de insanos hay hoy día miles cuyas mentes fueron desequilibradas por la lectura de novelas, lo que conduce a la construcción de castillos en el aire y a un sentimentalismo enamoradizo.—The Signs of the Times, 10 de febrero de 1881. MJ 205.4