Mensajes para los Jóvenes

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Enemigos de la espiritualidad

Si se pudiera destruir una buena parte de los libros publicados, se detendría una plaga que está haciendo una obra temible en la mente y el corazón. Las historias de amor, las novelas frívolas y excitantes, y hasta esa clase de libros llamados novelas religiosas, libros en los cuales el autor añade una lección moral a la historia, son una maldición para los lectores. Los sentimientos religiosos pueden estar entretejidos a través de toda una novela, pero, en la mayoría de los casos, Satanás se halla vestido con ropas de ángel, para engañar y seducir con más éxito. Nadie está tan confirmado en los principios rectos y se halla tan seguro contra la tentación, que pueda leer estas historias sin correr peligro. MJ 192.4

Los lectores de novelas fomentan un mal que destruye la espiritualidad y eclipsa la belleza de la página sagrada. La novela crea una excitación malsana, enardece la imaginación, incapacita a la mente para ser útil, separa a la persona de la oración y la descalifica para cualquier práctica espiritual. MJ 193.1

Dios ha dotado a muchos de nuestros jóvenes de aptitudes superiores, pero con demasiada frecuencia ellos, por la imprudente elección de su lectura, han enervado sus facultades y debilitado sus mentes de modo que durante años no han crecido en gracia o en el conocimiento de las razones de nuestra fe. Los que esperan la pronta venida del Señor, los que aguardan ese maravilloso cambio en que “esto corruptible sea vestido de incorrupción”,1 deberían colocarse en un plano más elevado de acción en este tiempo de gracia. MJ 193.2

Mis queridos jóvenes amigos, examinen su propia experiencia en lo que se refiere a la influencia de las historias excitantes. ¿Pueden, después de una lectura tal, abrir la Biblia y leer con interés las palabras de vida? ¿No encuentran falto de interés el Libro de Dios? El encanto de esa historia de amor envuelve la mente, destruyendo su tono saludable e impide a los jóvenes fijar la atención en las verdades importantes, solemnes, que conciernen al bienestar eterno. MJ 193.3

Desechen resueltamente toda lectura despreciable. No fortalecerá su espiritualidad, sino antes introducirá en la mente sentimientos que pervertirán la imaginación, haciéndolos pensar menos en Jesús y espaciarlos menos en sus preciosas lecciones. Mantengan la mente libre de todo lo que la haga ir en dirección errónea. No la abrumen de historias despreciables que no imparten fuerza a las facultades mentales. Los pensamientos son del mismo carácter que el alimento dado a la mente. MJ 193.4