Mensajes para los Jóvenes

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La relación de la salud con la formación del carácter

Dios no da permiso al hombre para violar las leyes de su ser. Pero el hombre, al ceder a las tentaciones de Satanás complaciéndose en la intemperancia, pone las facultades superiores bajo el dominio de los apetitos y pasiones animales. Cuando estos logran ascendiente, el hombre, que fue creado un poco inferior a los ángeles, con facultades susceptibles del más elevado cultivo, se entrega al control de Satanás, y este tiene fácil acceso a quienes están esclavizados por los apetitos. Por causa de la intemperancia, algunos sacrifican una mitad, otros los dos tercios de sus facultades físicas, mentales y morales, y se hacen juguetes del enemigo. MJ 166.2

Los que quieren tener mentes despejadas para discernir las estratagemas de Satanás deben poner sus apetitos físicos bajo el dominio de la razón y de la conciencia. La moral y la acción vigorosa de las facultades superiores de la mente son esenciales para la perfección del carácter cristiano. Y la fuerza o debilidad de la mente tienen mucho que ver con nuestra utilidad en este mundo y con nuestra salvación final. Es deplorable la ignorancia que ha prevalecido con respecto a la ley de Dios y nuestra naturaleza física. La intemperancia de cualquier clase es una violación de las leyes de nuestro ser. La imbecilidad prevalece en un grado temible. El pecado se hace atrayente bajo el manto de luz con que Satanás lo cubre, y él se complace en retener el mundo cristiano en sus hábitos diarios bajo la tiranía de las costumbres, como los paganos, y gobernado por el apetito. MJ 166.3