Mensajes para los Jóvenes

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Nuestra actitud hacia los errores

Hagan cuanto puedan para alcanzar la perfección, pero no piensen que porque cometen errores están excluidos del servicio de Dios. El Señor conoce nuestra hechura; recuerda que somos polvo. Mientras usen fielmente los talentos que Dios les ha dado, obtendrán conocimientos que no los dejarán sentirse satisfechos con ustedes mismos. Verán la necesidad de abandonar hábitos dañinos, no sea que por un mal ejemplo ofendan a otros. MJ 158.3

Trabajen diligentemente, dando a otros la verdad tan preciosa para ustedes. Luego, cuando haya vacantes que llenar, oirán las palabras: “Suban más arriba”. Quizá no respondan de buena gana, pero avancen por fe, aportando a la obra de Dios un celo renovado, sincero. MJ 158.4

Únicamente del gran Maestro puede aprenderse el secreto de ganar almas. Así como el rocío y las lluvias mansas caen suavemente sobre la planta marchita, nuestras palabras han de caer suave y amorosamente sobre los seres que tratamos de ganar. No hemos de esperar hasta que se presenten las oportunidades; hemos de buscarlas, manteniendo el corazón elevado en oración para que Dios nos ayude a usar las palabras correctas en el momento preciso. Cuando se presenta una oportunidad, ninguna excusa debe inducirlos a descuidarla, pues su aprovechamiento puede significar la salvación de un alma de la muerte.—The Youth’s Instructor, 6 de febrero de 1902. MJ 158.5