La Única Esperanza

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Capítulo 32—El día del juicio

El Día de la venida de Cristo será un día de juicio para el mundo. Las Escrituras declaran: “Vino el Señor con sus santas decenas de millares”. Judas 14. UE 164.1

“Y serán reunidas delante de él todas las naciones; entonces apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos”. Mateo 25:32. UE 164.2

Pero antes de ese día, Dios hace saber a los hombres lo que va a suceder. Siempre ha dado advertencias con respecto a los juicios inminentes. Algunos creyeron en ellas y obedecieron la Palabra de Dios, y escaparon así a los juicios que cayeron sobre los desobedientes y los incrédulos. UE 164.3

Antes de destruir al mundo por el diluvio, Dios ordenó a Noé: “Entra tú y toda tu casa en el arca, porque solo a ti he visto justo delante de mí”. Génesis 7:1. Noé obedeció y se salvó. Antes de la destrucción de Sodoma, los ángeles llevaron a Lot el mensaje: “¡Levantaos, salid de este lugar, porque Jehová va a destruir esta ciudad!” Génesis 19:14. Lot escuchó el aviso y también se salvó. UE 165.1

Así también ahora se nos anuncia acerca de la segunda venida de Cristo y de la destrucción que caerá sobre el mundo, y todos los que escuchen la advertencia serán salvados. UE 165.2

Los justos, al contemplar a Cristo en su venida, exclamarán: “¡He aquí, este es nuestro Dios! Le hemos esperado, y nos salvará”. Isaías 25:9. UE 165.3

Como no conocemos el tiempo exacto de su venida, se nos ordena velar. “Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando”. Lucas 12:37. UE 165.4

Pero los que esperamos la venida del Señor no debemos esperar ociosos. La expectativa de su venida debe llevarnos a temer los juicios que Dios enviará a los transgresores y a arrepentirnos de haber pecado, de haber quebrantado los mandamientos de Dios. UE 165.5

Mientras esperamos la venida del Señor, debemos trabajar diligentemente. Saber que Cristo está a las puertas debe inducirnos a obrar con más fervor por la salvación de nuestros semejantes. Así como Noé dio la advertencia de Dios a los antediluvianos, todos los que entienden la Palabra de Dios deben dar la amonestación a la gente en este tiempo. UE 165.6

“Pero como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre, pues como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre”. Mateo 24:37-39. UE 165.7

En los días de Noé la gente abusó de los dones que Dios le había dado. Su forma de comer y beber los condujo a la glotonería y a la embriaguez. UE 166.1

Olvidaron a Dios y se entregaron a toda clase de actos viles y abominables. UE 166.2

“Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos de su corazón solo era de continuo el mal”. Génesis 6:5. Debido a su maldad, el pueblo de ese tiempo fue destruido. UE 166.3

Los hombres hoy hacen lo mismo. La glotonería, la intemperancia, las pasiones indomables, las malas prácticas llenan la tierra de maldad. UE 166.4

En los días de Noé el mundo fue destruido por el agua. La Palabra de Dios enseña que ahora será destruido por el fuego. UE 166.5

“Por la palabra de Dios... el mundo de entonces pereció anegado en agua. Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”. 2 Pedro 3:5-7. UE 166.6