La Temperancia

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Capítulo 3—En Sydney, Australia—1893

“Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del hombre se manifieste”. Lucas 17:26-30. Ahora bien sabemos que la intemperancia está por doquiera en nuestro mundo. No es pecado comer y beber para sostenernos físicamente y en hacer lo que es para nuestro bien espiritual. Pero cuando dejamos la eternidad fuera de nuestro cómputo y llevamos al exceso esas cosas necesarias, entonces es cuando surge el pecado. Vemos por doquiera tal crimen tal iniquidad. ¿No es tiempo de que comencemos a estudiar por nosotros mismos? Tenemos almas que ganar o que perder. Dios creó a nuestros primeros padres y los colocó en el paraíso. Dios formuló una sola restricción: “Del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis”. Perderían su derecho a la vida si no obedecían la restricción. Te 251.2

Satanás es representado por la serpiente. El tentador está por doquiera, en todos lados, y cuando Dios prohíbe algo ¿cuál es el resultado? En muchos casos, en lugar de obedecer la voz de admonición, escuchan al tentador. Y en lugar de todas las atracciones que presenta Satanás, cosechan dolores y desgracia. A Adán y a Eva se les dio todo lo que requerían sus necesidades, pero escucharon al tentador y desobedecieron a Dios. Te 251.3

Cuando Dios vino a preguntarle a Adán, él echó toda la culpa a Eva. Dios dijo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. El enemigo no puede tocaros, a menos que se lo permitáis. Pero aquí está la enemistad que Dios pone contra la serpiente. No hay enemistad entre los hombres malos y los ángeles, sino que hay enemistad entre los que sirven al Señor y las huestes de las tinieblas. Te 251.4

Una cuestión tremendamente importante—La cuestión de la temperancia es de tremenda importancia para cada uno de nosotros. Es muy abarcante. He hablado 21 veces seguidas sobre este tema y tan sólo lo he tocado. Pero aquí debemos incluir sólo unas pocas ideas. Cuando este primer sermón evangélico fue presentado en el Edén por Dios mismo, fue una estrella de esperanza que iluminó el oscuro y triste futuro. La pareja del Edén no iba a quedar abandonada a una ruina sin esperanza. Te 252.1

Cuando Cristo vino a nuestro mundo como un nene en Belén, los ángeles cantaron: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” “El ángel les dijo: No temáis porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor”. Te 252.2

Satanás con toda su sinagoga—pues Satanás pretende ser religioso—determinó que Cristo no llevaría a cabo los consejos del cielo. Después de que Cristo fue bautizado, se arrodilló en la ribera del Jordán; y nunca antes el cielo había escuchado una oración tal como la que salió de sus divinos labios. Cristo tomó nuestra naturaleza sobre sí. La gloria de Dios, en la forma de una paloma de oro bruñido, descansó sobre él, y de la gloria infinita se oyeron estas palabras: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. La raza humana está ceñida por el brazo humano de Cristo, mientras con su brazo divino se aferra del trono del Infinito. La oración de Cristo se abrió paso por la oscuridad y penetró donde está Dios. Eso significa que el cielo está abierto delante de cada uno de nosotros. Significa que las puertas están de par en par, que se imparte la gloria al Hijo de Dios y a todos los que creen en su nombre. Nuestra petición será oída en el cielo, así como Dios respondió la oración de nuestro Sustituto y Garantía, el Hijo del Dios infinito. Te 252.3

Cristo probado en las tres tentaciones resaltantes—Cristo entró en el desierto, con el Espíritu de Dios sobre él, para ser tentado por el diablo. El enemigo había de tentar al Hijo de Dios. Cristo fue tentado en las tres tentaciones principales con las cuales es acosado el hombre. Te 253.1

“Jesús lleno del Espíritu Santo volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios”. Aquí estaba el Hijo del Dios infinito, y Satanás vino a él como un ángel de luz. Aquí lo tentó en el punto del apetito. Cristo estaba hambriento y necesitaba alimento. ¿Por qué no realizó ese milagro? No entraba en el plan de Dios, pues Cristo no debía obrar ningún milagro para su propio bien. ¿Cuál fue su posición? Estaba pasando por el terreno donde cayó Adán. Adán disponía de todo lo que requerían sus necesidades. Pero un hambre terrible oprimía a Cristo, y lo que necesitaba era alimento. El diablo fue frustrado en esa tentación. Te 253.2

“Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra”. ¿Para qué eliminó la otra parte que dice: “Que te guarden en todos tus caminos”? Mientras Cristo se mantuviera en los caminos de Dios, ningún mal podría sobrevenirle. Jesús dijo de Satanás: “Nada tiene en mí”. Esta tentación de Satanás a Cristo era un desafío. Satanás dijo: “Si” eres Hijo de Dios. ¿Qué se hubiera ganado si Cristo hubiese hecho como Satanás le pedía? Nada. Cristo hizo frente con un “escrito está”. Satanás vio que no podía hacer nada allí. Te 253.3

Entonces lo tentó en otro punto. Hizo que todo el mundo, con su esplendor, pasara delante de Cristo y Satanás quiso que Cristo se prosternara delante de él. Satanás tenía poder sobre la familia humana. “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares”. La divinidad brilló a través de la humanidad, y Cristo dijo: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo servirás”. Te 253.4

Satanás abandonó el campo de batalla como un enemigo vencido. Nuestro Salvador pasó sobre el terreno y fue vencedor. Estuvo desfalleciente sobre el campo de batalla. No hubo ningún regazo para acunar su cabeza, y ninguna mano para acariciar sus sienes. Angeles vinieron para servirle. Una ayuda tal podemos pedir. Cristo vio que era imposible que el hombre venciera con sus propias fuerzas. Vino para traer poder moral al hombre. Esa es nuestra única esperanza. Te 254.1

Victoria mediante Cristo—Vemos la importancia de vencer el apetito. Cristo venció, y podemos obtener la victoria como Cristo. Pasó por el campo de batalla, y hay victoria para el hombre. ¿Qué ha hecho para la familia humana? Ha elevado al hombre en la escala de valores morales. Podemos ser vencedores mediante nuestra Suficiencia [Cristo]. En Cristo, hay esperanza para el más desamparado. “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. Allí tenemos las ricas promesas de Dios. ¿Para qué vino Cristo? Para representar al Padre. ¡Qué corazón de amor y simpatía! Vino para traer vida eterna, para quebrantar todo yugo. Cuando Dios dio a su Hijo, dio todo el cielo. No podía dar más. Te 254.2

El valor de un alma—“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos”. El es el único que tenía poder para hacerlo. Aquí se ha pagado el gran precio por las almas hundidas en el pecado. El hombre debe ser de valor. Cristo lo pesa. El que Cristo tome la naturaleza humana sobre sí, muestra que coloca un valor sobre cada alma. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Este es el valor que Dios coloca sobre el hombre, y otra vez dice: “Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre”. Pero Dios no hará nada sin la cooperación del agente humano. Te 254.3

Anublados por la intemperancia—“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová. Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló... Y Jehová habló a Aarón, diciendo: Tú y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio”. Las mentes de Nadab y Abiú estaban anubladas debido a la intemperancia, y en lugar de tomar el fuego que Dios les había ordenado, tomaron fuego común, y Dios los destruyó. Si se hubieran abstenido de vino, hubieran distinguido la diferencia entre lo sagrado y lo común. Pero fueron directamente en contra de los requisitos de Dios. Te 255.1

Una causa de accidentes—Leemos de desastres en barcos, y accidentes en ferrocarriles, ¿y qué pasa? En muchísimos casos, alguien ha tenido nublada su mente con bebidas embriagantes. No sintió el peso de la responsabilidad que descansaba sobre él. Se han perdido muchísimas vidas debido a que alguien se embriagó. El hombre que puso la botella en los labios de su prójimo será culpable de algunas muertes. Te 255.2

En los días de la antigüedad, cuando un hombre tenía un animal malo, tenía que pagar por él. “Si un buey acorneare a hombre o a mujer, y a causa de ello muriere, el buey será apedreado, y no será comida su carne mas el dueño del buey será absuelto. Pero si el buey fuere acorneador desde tiempo atrás, y a su dueño se le hubiere notificado, y no lo hubiere guardado, y matare a hombre o mujer el buey será apedreado, y también morirá su dueño”. Éxodo 21:28, 29. Te 255.3

Queremos aplicar este principio a los que preparan el mortífero veneno. Aquí está la ley que el Dios del cielo dio para que rigiera en el caso de los animales malos. Cristo está procurando salvar, y Satanás destruir. Os pido a los que tenéis facultades de razonamiento, que penséis en esto. El embriagado está privado de su razón. Se presenta Satanás y se posesiona de él y lo imbuye con su espíritu; y su primer deseo es golpear o matar a alguno de sus amados. Sin embargo, los hombres permiten que prosiga esta maldición que hace que el hombre sea inferior que las bestias. ¿Qué ha ganado el ebrio? Nada sino el cerebro de un loco. Y aquí [en Estados Unidos] las leyes son de tal naturaleza [sin restricciones contra el alcoholismo] que las tentaciones están continuamente delante de ellos. Te 255.4

Ese vendedor de bebidas tiene que responder por todos los pecados del ebrio y el borracho tendrá que dar cuenta por sus hechos. La única esperanza de ambos es colocar su alma sobre el Salvador crucificado y resucitado. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. ¿Qué dice Cristo? Sois “colaboradores de Dios”. Cristo vino para restituir en el hombre el poder moral. Aquí vemos cómo las pasiones humanas destruyen a los seres humanos. Aquí son tentados nuestros jóvenes. Las mentes de muchos están cautivadas por los juegos de azar y las carreras de caballos. Dios nos ayude a despertar. Te 256.1

Los que están en los consejos legislativos no debieran beber vino ni licores fuertes. Necesitan mentes claras para que su razonamiento sea agudo y bien definido. En su poder está el destino de vidas humanas, si éste o aquel hombre será castigado con la pena de muerte, o recibirá otra condena. Hemos sabido de una orgía de embriaguez en los tribunales de justicia. ¿Han tenido un cerebro claro y ojos puros para la gloria de Dios? Se degrada la naturaleza del hombre. Cristo vino para elevar. “Ni gustes, ni aun toques”, debiera ser nuestro lema. Debierais ser temperantes en el comer. Pero abandonad completamente el licor. No lo toquéis. No puede haber temperancia en su uso. Satanás arrebataría para sí la familia humana. Cristo vino para redimir, para elevar al hombre pues tomó sobre sí la naturaleza humana. Te 256.2

Comenzad con los niños—Padres, debéis despertar al deber que Dios os ha dado. Enseñad obediencia a vuestros niños. Muchos han perdido el respeto por el padre y la madre. Tendrán tan poco respeto por su Padre celestial como por sus propios padres. Enseñad a vuestros hijos. Dadles lecciones cuando son nenes de brazos. Los ángeles os rodearán cuando hagáis esto. Cuando aquellas madres cansadas no sabían qué hacer con sus hijos, pensaron que podían llevarlos a Jesús. Y cuando una madre comenzó y le dijo a otra: “Quiero que Jesús bendiga a mis niños”, entonces otra se unió al grupo y después otra, y así hasta que un buen grupo vino a Jesús con sus niños. Y cuando llegaron donde estaba Jesús, él captó el ruido. Sabía cuando se pusieron en marcha. Jesucristo simpatizó con esas madres. Cuando presentaron sus hijitos a Jesús, él dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”. Padres, comprended esto; las puertas están abiertas de par en par. Te 256.3

El tono de la voz que usáis es un medio de educar a vuestros hijos. Nadie sabrá nunca todas las molestias que dan las manecitas. Madres hay Uno que sabe todo—es el Dios del cielo. Madres, cada día que cumplís vuestros deberes, las palabras: “Vencedora por medio de Cristo” se escriben frente a vuestros nombres. ¿Qué barreras vais a levantar contra sus almas [de los niños]? Si hacen algo malo, no los amenacéis con la ira de Dios, sino presentadlos a Cristo en vuestras oraciones. Sea vuestro hogar tan atrayente como podáis. Descorred las cortinas y permitid que entre el médico del cielo, que es la luz del sol. Queréis paz y quietud en vuestros hogares. Queréis que vuestros hijos tengan bellos caracteres. Haced que vuestros hogares sean tan atractivos como para que ellos no deseen ir a la taberna. Mostradles las flores y las hojas de los árboles. Decidles que Dios hizo cada brizna de hierba y dio sus bellos matices a cada flor. Decidles que aquí está la expresión del amor de Dios para ellos, que ésa es la voz de Dios que les dice que él los ama. Te 257.1

Hogares como el de Abrahán—Queréis que vuestros hogares sean como el de Abrahán. El condujo su casa tras sí. Les enseñó a obedecer las órdenes de Dios. Madres, esas son las lecciones que debéis enseñar pacientemente a vuestros hijos. No podéis permitiros pasar tiempo estudiando las modas del día. Enseñadles que son propiedad de Cristo. Hoy estamos haciendo nuestros caracteres. Jóvenes, señoritas, hoy estáis determinando vuestro destino futuro. Dejad que penetre Cristo. El os preservará de la tentación. Te 257.2

El tabaco está minando el organismo de muchos. Está entrando en los fluidos y las partes sólidas del cuerpo. Hemos conocido adictos del tabaco que fueron curados de ese hábito vil. Mi esposo y yo fundamos una institución de salud en Norteamérica. Era alarmante el testimonio de los que trataban a los pacientes de tabaquismo. Contaban de las alarmantes emanaciones en los baños y en las sábanas de los tratamientos. Pero se los colocó sobre una sólida roca. Hemos visto salir con seguridad a muchos que decían que no podían vencer. Te 258.1

Una mayoría con Dios—Ningún borracho puede tener su nombre escrito en los libros del cielo. Resistid la tentación con valor. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, podéis aferraros del poder divino. Cristo obrará en favor de cada uno de vosotros. La afición al tabaco que se crea no tiene base en la naturaleza. Sin embargo, podéis ganar la victoria. La maldición de Dios está sobre el que pasa la botella a los labios de su prójimo. Decís que estamos en minoría. ¿No es mayoría Dios? Si estamos del lado de Dios que hizo los cielos y la tierra, ¿no estamos del lado de la mayoría? Tenemos a nuestro lado los ángeles que sobrepujan en fortaleza. Apartaos de las prácticas de este siglo degenerado. Hermanas y madres, estáis abusando de los cuerpos que Dios os ha dado. Señoritas, ¿qué significa esa forma de ceñir vuestra cintura que no da a vuestros pulmones, hígado y órganos vitales su espacio apropiado? Vuestra posteridad futura testificará contra vosotras. ¿Cómo podría haber hablado como lo he hecho si me hubiera ceñido como una de vosotras? Como veis, nada está oprimiendo esos órganos vitales. A veces vemos a mujeres que tienen que leer algo en público y no pueden leerlo en voz alta. Parece que no tuvieran voz. Se aprietan hasta hacer diminuta su cintura, como si Dios no hubiera sabido cómo hacerlas. Te 258.2

El Señor ordenó que la esposa de Manoa siguiera estrictos hábitos de temperancia. “A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas ni vino ni sidra, ni comas cosa inmunda”. El ángel que apareció a Zacarías y a Elisabet dijo: “Tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo”. Aquí se toma en cuenta al niño antes de su nacimiento y después. Vosotras, madres, debéis dar valor a estas cosas. Los apetitos de la madre se transmiten a los hijos. Muchas de vosotras que os complacéis en algunas cosas para satisfacer el apetito, estáis retirando el apuntalamiento de la base de vuestra casa. Hay hombres que podrían haber tenido un registro tan limpio como el de Daniel. Satanás está jugando sus cartas en procura de vuestra alma. Necesitamos quedar libres y puros de las degradaciones de este mundo. “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Cristo venció en nuestro lugar. Podemos vencer por el nombre de Jesucristo de Nazaret. Te 258.3

Cuando los redimidos entren por las puertas de la ciudad, Jesucristo les dará la bienvenida a todos, y tendrán arpas de oro y cantarán las glorias de Jesucristo, y vestirán mantos tejidos en los telares del cielo que no tienen hebra alguna de procedencia humana en ellos. Te 259.1

Queremos ir al cielo, y Jesucristo tiene el propósito de que lo logremos si cooperamos con él.—Manuscrito 27, 1893. Te 259.2