La Música

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Todas las cosas debían hacerse a su gusto

El caso del Hno. U ha sido un caso difícil de manejar. Él ha sido como un niño indisciplinado y mal educado. Cuando se han levantado objeciones con respecto a su forma de obrar, en lugar de aceptar el reproche como una bendición, ha permitido que sus sentimientos dominaran en lugar de su mejor juicio, y se ha sentido desanimado y no ha querido hacer nada. Si no podía hacer todas las cosas como deseaba, si no se hacía todo a su gusto, se negaba totalmente a colaborar. No se dedicaba con fervor a la tarea de reformar su manera de proceder, sino que se entregaba a sentimientos de obstinación que lo separaban de los ángeles y hacían acudir a los malos espíritus a su alrededor. La verdad de Dios, recibida en el corazón, comienza su influencia refinadora y santificadora en el modo de vivir. Mu 54.1

El Hno. U creía que cantar era más o menos lo más grande que puede hacerse en este mundo, y que él tenía una manera muy excelente de hacerlo. Mu 54.2

Sus cantos están muy lejos de agradar al coro angelical. Imagínese a Ud. mismo en medio del grupo angélico elevando sus hombros, destacando sus palabras, contorsionando su cuerpo y elevando su voz hasta su máximo volumen. ¿Qué clase de concierto y de armonía hay en una exhibición tal hecha delante de los ángeles? Mu 54.3