La Música

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Ambición por exhibirse

Los espectáculos musicales, que conducidos apropiadamente no hacen daño, son muchas veces una fuente de mal. En el actual estado de la sociedad, con la baja moralidad existente, no solo entre los jóvenes, sino también entre aquellos de más edad y experiencia, existe un peligro en volverse descuidados y dar atención especial a los favoritos, creando así envidia, celos y conjeturas malignas. El talento musical muchas veces fomenta el orgullo y la ambición por la exhibición, y los cantantes dedican muy pocos pensamientos a la adoración a Dios. En lugar de conducir a las mentes a recordar a Dios, muchas veces lo que hacen es provocar su olvido.—Carta 6a, 1890; La Voz: Su Educación y Uso Correcto, 469, 470. Mu 48.1