La Maravillosa Gracia de Dios

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Renovado con Abrahán, 5 de mayo

Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Génesis 17:7. MGD 133.1

Después del diluvio, la población de la tierra creció una vez más, y la maldad también creció... Finalmente el Señor abandonó a los endurecidos transgresores para que siguieran sus propios malos caminos, mientras escogía a Abrahán, de la descendencia de Sem, y hacía de él el guardador de la ley para las generaciones futuras.—The S.D.A. Bible Commentary 1:1092. MGD 133.2

Este mismo pacto le fue renovado a Abrahán en la promesa: “En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra”. Génesis 22:18. Esta promesa dirigía los pensamientos hacia Cristo. Así la entendió Abrahán (véase Gálatas 3:8, 16), y confió en Cristo para obtener el perdón de sus pecados. Fue esta fe la que se le contó como justicia. El pacto con Abrahán también mantuvo la autoridad de la ley de Dios. El Señor se le apareció y le dijo: “Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto”. Génesis 17:1. El testimonio de Dios respecto a su siervo fiel fue: “Oyó Abrahán mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes”. Génesis 26:5... MGD 133.3

Aunque este pacto fue hecho con Adán, y más tarde se le renovó a Abrahán, no pudo ratificarse sino hasta la muerte de Cristo. Existió en virtud de la promesa de Dios desde que se indicó por primera vez la posibilidad de redención. Fue aceptado por fe: no obstante, cuando Cristo lo ratificó fue llamado el pacto nuevo. La ley de Dios fue la base de este pacto, que era sencillamente un arreglo para restituir al hombre a la armonía con la voluntad divina, colocándolo en situación de poder obedecer la ley de Dios.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 387. MGD 133.4

Si no les hubiera sido posible guardar los mandamientos de Dios a los seres humanos que se encontraban bajo el pacto de Abrahán, cada una de nuestras almas estaría perdida. El pacto de Abrahán es el pacto de la gracia. “Por gracia sois salvos”. Efesios 2:8. ¿Hijos desobedientes? No, obedientes a todos sus mandamientos.—The S.D.A. Bible Commentary 1:1092. MGD 133.5