La Maravillosa Gracia de Dios

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La cosecha, 25 de noviembre

Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Efesios 2:7. MGD 337.1

Nadie puede dejar que por su vida y su corazón fluya hacia los demás el río de bendiciones celestiales sin recibir para sí mismo una rica recompensa... MGD 337.2

La gracia de Cristo en el alma desarrolla atributos del carácter que son opuestos al egoísmo, atributos que han de refinar, ennoblecer y enriquecer la vida. Los actos de bondad hechos en secreto ligarán los corazones y los acercarán al corazón de Aquel de quien mana todo impulso generoso. Las pequeñas atenciones y los actos insignificantes de amor y de sacrificio, que manan de la vida tan quedamente como la fragancia de una flor, constituyen una gran parte de las bendiciones y felicidades de la vida. Al fin se verá que la abnegación para bien y dicha de los demás, por humilde e inadvertida que sea en la tierra, se reconoce en el cielo como muestra de nuestra unión con el Rey de gloria, quien, siendo rico, se hizo pobre por nosotros. MGD 337.3

Aunque los actos de bondad sean realizados en secreto, no se puede esconder su resultado sobre el carácter del hacedor. Si trabajamos sin reserva como seguidores de Cristo, el corazón se unirá en estrecha simpatía con el de Dios, y su Espíritu que influye sobre el nuestro hará que el alma responda con armonías sagradas al toque divino. MGD 337.4

El que multiplica los talentos a los que emplearon con prudencia los dones que les confió, reconocerá con agrado el servicio de sus creyentes en el Amado, por cuya gracia y fuerza obraron. Los que procuraron desarrollar y perfeccionar un carácter cristiano por el ejercicio de sus facultades en obras buenas, segarán en el mundo venidero lo que aquí sembraron. La obra empezada en la tierra llegará a su consumación en aquella vida más elevada y más santa que perdurará por toda la eternidad.—El Discurso Maestro de Jesucristo, 69, 71. MGD 337.5

El que es rico “para con todos los que le invocan” dijo: “Dad, y se os dará”. Romanos 10:12; Lucas 6:38... Todo sacrificio hecho en su ministerio será recompensado conforme a “las abundantes riquezas de su gracia”.—El Deseado de Todas las Gentes, 214. MGD 337.6