La Maravillosa Gracia de Dios

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Una receta divina, 26 de octubre

El nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. 2 Tesalonicenses 1:12. MGD 307.1

Muchos anhelan crecer en la gracia; oran al respecto, y se sorprenden de que sus oraciones no reciban respuesta. El Señor les ha encomendado una obra que los ayudará a crecer. ¿De qué vale orar cuando hay que efectuar cierta obra? Lo que interesa es lo siguiente: ¿Se afanan por salvar las almas por quienes Cristo murió? El crecimiento espiritual depende del hecho de que transmitamos a los demás la luz que Dios nos ha dado a nosotros. Tendréis que empeñar vuestros mejores pensamientos en labor activa para hacer el bien, y solamente el bien, en medio del círculo de la familia, en la iglesia y el vecindario. MGD 307.2

En vez de afligiros con la idea de que no estáis creciendo en gracia, cumplid cada obligación que se os presente, llevad el peso de las almas en vuestro corazón, y tratad de salvar a los perdidos por todos los medios imaginables. Sed bondadosos, corteses y compasivos; hablad con humildad de la bendita esperanza; hablad del amor de Jesús; dad a conocer su bondad, su misericordia y justicia; dejad de preocuparos y pensar si crecéis o no. Las plantas no crecen nutridas por algún esfuerzo consciente... La planta no se angustia constantemente acerca de su crecimiento. No hace más que crecer bajo la vigilancia divina.—Meditaciones Matinales, 106. MGD 307.3

Si consagráramos corazón y mente al servicio de Dios, e hiciéramos la obra que él nos encomendó y siguiéramos las huellas de Jesús, nuestros corazones se convertirían en arpas sagradas, y todas sus cuerdas vibrarían para elevar alabanzas y acciones de gracias en honor del Cordero enviado por Dios para quitar el pecado del mundo... MGD 307.4

El Señor Jesús es nuestra fortaleza y felicidad; es el gran depósito del cual los hombres pueden sacar fortaleza en cualquier ocasión. Al analizarlo, al hablar con él nos ponemos en mejores condiciones de contemplarlo: al apropiarnos de su gracia y recibir las bendiciones que nos prodiga, tenemos algo con lo que podemos ayudar a los demás.—Ibid. 176. MGD 307.5