La Iglesia Remanente

43/55

La mano de Dios está en el timón

No hay necesidad de dudar, de temer que la obra no tenga éxito. Dios está al frente de ella, y pondrá todo en orden. Si hay que ajustar ciertos asuntos en la sede de la obra, Dios se ocupará de ello, y corregirá todo. Tengamos fe que Dios va a conducir con toda seguridad al puerto al noble barco que conduce al pueblo de Dios.—The Review and Herald, 20 de septiembre de 1892. IR 112.1