El Ministerio Médico

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Hábitos de salud del maestro

Los maestros mismos debieran prestar debida atención a las leyes de la salud de modo que puedan conservar sus propias facultades en la mejor condición posible, y por ejemplo y precepto, ejercer una correcta influencia sobre sus alumnos. El maestro cuyas fuerzas físicas están ya debilitadas por la enfermedad o el exceso de trabajo, debe prestar atención especial a las leyes de la vida. Debiera darse tiempo para recrearse. No debiera aceptar responsabilidades fuera de su trabajo escolar. Eso puede recargarlo física y mentalmente de tal modo que se le desequilibre el sistema nervioso; así quedaría incapacitado para tratar con la mente de sus alumnos, y no se beneficiaría él mismo ni sus alumnos. MM 101.3

Nuestras instituciones de enseñanza debieran estar provistas de todo lo que facilite la instrucción referente al mecanismo del cuerpo humano. Se ha de enseñar a los estudiantes a respirar, leer y hablar de modo que la tensión no sobrevenga a la garganta y a los pulmones, sino a los músculos abdominales. Los maestros también necesitan educarse en esto. Nuestros estudiantes debieran tener una perfecta preparación para que puedan entrar en la vida activa con un conocimiento inteligente de la morada que Dios les ha dado. Enseñadles que tienen que seguir siendo estudiantes mientras vivan. Y mientras les enseñáis, recordad que ellos enseñarán a otros. Vuestra lección será repetida para provecho de muchos.—FEC, 272-274. MM 102.1