El Ministerio Médico

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Un estudiante de causa y efecto

El médico cristiano inteligente posee un conocimiento cada vez mayor de la relación existente entre el pecado y la enfermedad. Procura constantemente aumentar su información acerca de la conexión que existe entre la causa y el efecto. Está consciente de la necesidad de educar a los alumnos del curso de enfermería, para que sean estrictamente temperantes en todas las cosas, porque el descuido en lo que atañe a las leyes de la salud, la negligencia en el debido cuidado del cuerpo, es la causa de una porción considerable de las enfermedades que aquejan a nuestro mundo. No hacer caso del cuidado que requiere la maquinaria viviente es un insulto al Creador. Existen leyes divinamente designadas, las cuales, si se obedecen, protegerán a los seres humanos contra las enfermedades y la muerte prematura... MM 63.2

Cuando un médico comprende que una enfermedad que ha afectado el cuerpo es el resultado del hábito impropio de comer y beber, y a pesar de eso no le dice al paciente que su padecimiento se debe a acciones equivocadas, está perjudicando la fraternidad humana. Presente el asunto con delicadeza, pero nunca guarde silencio acerca de la causa de la enfermedad.—Carta 120, 1901. MM 63.3