El Evangelismo

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Los centros de avanzada

Desde los centros de avanzada—Es designio de Dios que nuestros hermanos se establezcan fuera de las ciudades y desde esas avanzadas amonesten a las ciudades, y se levanten en ellas monumentos conmemorativos para Dios. Debe haber una fuerza de influencia en las ciudades, a fin de que el mensaje de amonestación pueda ser escuchado.—The Review and Herald, 14 de abril de 1903. Ev 60.6

Como una barrera contra la influencia contaminadora—Debemos realizar planes sabios para amonestar las ciudades, y al mismo tiempo para vivir donde podamos proteger a nuestros hijos y a nosotros mismos de las influencias contaminadoras y desmoralizadoras que prevalecen en esos lugares.—Life Sketches, 410 (1915). Ev 61.1

Propiedades rurales de bajo precio—Debemos ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas en nuestros esfuerzos por adquirir propiedades en el campo a un bajo precio y desde esos centros de avanzada debemos trabajar en las ciudades.—Special Testimonies, Series B 14:7 (1902). Ev 61.2

Con fácil acceso a las ciudades—Desígnense hombres juiciosos que no divulguen sus intenciones, sino que busquen tales propiedades en las zonas rurales, con fácil acceso a las ciudades, apropiadas para establecer pequeñas escuelas de preparación para los obreros, y donde también puedan proporcionarse facilidades para tratar a las personas enfermas y fatigadas que no conocen la verdad. Buscad esos lugares cerca de las ciudades, donde puedan conseguirse edificios apropiados ya sea como obsequio de sus dueños, o comprados a un precio razonable con fondos donados por nuestro pueblo. No construyáis edificios en las ruidosas ciudades.—Medical Ministry, 308, 309 (1909). Ev 61.3

Trabajar en las ciudades, pero no vivir en ellas—La verdad debe ser dicha, ora sea que los hombres la escuchen o la rechacen. Las ciudades están llenas de tentaciones. Debemos planear nuestra obra de tal manera que mantengamos a nuestros jóvenes tan lejos como sea posible de esta contaminación. Ev 61.4

Las ciudades han de ser trabajadas desde las avanzadas. Dijo el mensajero de Dios: “¿No serán amonestadas las ciudades? Sí, no por el pueblo de Dios que vive en ellas, sino por los que las visitan, para amonestar a sus habitantes de lo que está por sobrevenir en la tierra”.—Carta 182, 1902. Ev 61.5

Tal como lo hizo Enoc—Como pueblo que guarda los mandamientos de Dios, debemos salir de las ciudades. Tal como lo hizo Enoc, debemos trabajar en las ciudades pero no vivir en ellas.—Manuscrito 85, 1899. Ev 61.6

Lecciones de Lot y de Enoc—Cuando la iniquidad abunda en una nación, siempre ha de escucharse una voz que dé la amonestación y la instrucción, como la voz de Lot fuera oída en Sodoma. Sin embargo, Lot pudo haber preservado a su familia de muchos males si él no hubiera hecho su hogar en esa ciudad malvada y corrompida. Todo lo que Lot y su familia hicieron en Sodoma podría haber sido hecho por ella, aun cuando hubieran vivido en un lugar a cierta distancia de la ciudad. Enoc caminó con Dios, y sin embargo no vivió en medio de alguna ciudad mancillada, con toda clase de violencia y maldad, como lo hizo Lot en Sodoma.—Manuscrito 94, 1903. Ev 61.7