El Evangelismo

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Avancemos por fe

Avancemos por fe; los medios vendrán—¿Podemos esperar que los habitantes de estas ciudades vengan a nosotros y digan: “Si venís a nosotros y nos predicáis os ayudaremos a hacer vuestra obra”? Ellos no saben nada acerca de nuestro mensaje. El Señor quiere que hagamos brillar nuestra luz delante de los hombres de tal manera que su Espíritu Santo pueda comunicar la verdad a los honestos de corazón que la están buscando. Al hacer esta obra, encontraremos que los medios fluirán a nuestras tesorerías, y tendremos recursos con los cuales llevar adelante una obra aún más amplia y abarcante. Ev 50.1

¿No avanzaremos con fe, como si tuviéramos millares de pesos a nuestra disposición? No tenemos la mitad de la fe que debiéramos tener. Hagamos nuestra parte en amonestar a estas ciudades. El mensaje amonestador debe ir a la gente que está a punto de perecer, sin amonestar, sin salvar. ¿Cómo podemos demorarnos? A medida que avancemos, los medios vendrán. Pero debemos avanzar por fe, confiando en el Señor Dios de Israel. Ev 50.2

Noche tras noche me resulta imposible dormir a causa de la gran preocupación que me oprime por las ciudades no amonestadas. Noche tras noche oro y trato de idear métodos por los cuales podamos entrar en las ciudades y dar el mensaje amonestador. Porque existe un mundo para ser amonestado y salvado, y hemos de ir al este y al oeste, al norte y al sur, y trabajar inteligentemente por las personas que nos rodean por todas partes. Cuando nos hagamos cargo de este trabajo, veremos la salvación de Dios.—Manuscrito 53, 1909. Ev 50.3

Seguid la providencia de Dios que abre puertas—Si queremos seguir la providencia de Dios que prepara las oportunidades, veremos con prontitud toda puerta abierta, y aprovecharemos hasta el máximo toda ventaja que esté a nuestro alcance... Tenemos miedo de aventurarnos y correr riesgos en esta gran obra, temiendo que las inversiones de medios no traigan resultados. ¿Qué ocurrirá si los medios son usados, y sin embargo no podemos ver las almas salvadas por ellos? ¿Qué ocurrirá si se produce una pérdida de una porción de nuestros medios? Mejor trabajar y mantenerse activos que no hacer nada. Vosotros no sabéis cuál prosperará, si esto o lo otro. Ev 50.4

Los hombres quieren invertir dinero en derechos de patentes y marcas, y están dispuestos a hacer frente a fuertes pérdidas, y esto se toma como algo corriente; pero en la obra y en la causa de Dios, los hombres se sienten temerosos de aventurarse. Las inversiones financieras les parecen una pérdida irrecuperable que no trae resultados inmediatos cuando se las efectúa en la obra de salvar almas. Los mismos medios que en forma tan cautelosa se invierten ahora en la causa de Dios y que son egoístamente retenidos, serán tirados dentro de poco con los ídolos a los topos y murciélagos. El valor del dinero pronto será subestimado cuando la realidad de las escenas eternas se abra al entendimiento del hombre. Ev 50.5

Dios tendrá hombres que aventurarán cualquier cosa para salvar almas. Aquellos que no quieran avanzar hasta que puedan ver cada paso del camino claramente delante de ellos, no serán de ningún beneficio en este tiempo para hacer progresar la verdad de Dios. Debe haber ahora obreros que avancen en las tinieblas así como en la luz, y que perseveren valientemente bajo los desánimos y los chascos, trabajando aún con fe, con lágrimas y paciente esperanza, sembrando a lo largo de todas las aguas, confiando que el Señor producirá el crecimiento. Dios llama hombres de fibra, de esperanza, de fe y de resistencia para trabajar con este propósito.—The True Missionary, enero de 1874. Ev 51.1

Sed ingeniosos—En estos tiempos no deberíamos dejar sin probar ningún medio en nuestra tarea de amonestar a la gente. Deberíamos interesarnos profundamente en todo lo que sirva para detener la marea de la iniquidad. Trabajad. Tened fe en Dios.—Carta 49, 1902. Ev 51.2

No con nuestra fuerza—Me dirijo a vosotros, mis hermanos en el ministerio. Relacionaos más estrechamente con la obra de Dios. Muchas almas que podrían salvarse se perderán, a menos que os esforcéis más decididamente por llevar a cabo vuestra obra con la mayor perfección posible. Hay que realizar una gran obra en -----. Al principio el avance parecerá lento y difícil; pero Dios obrará poderosamente a través de vosotros si tan sólo queréis entregaros completamente a él. La mayor parte del tiempo tendréis que andar por fe, y no por vuestra percepción... Ev 51.3

Dondequiera que estéis, por muy difíciles que sean vuestras circunstancias, no habléis de desánimo. La Biblia está llena de ricas promesas. ¿No podéis creer en ellas? Cuando salimos a trabajar por las almas, Dios no quiere que hagamos la guerra por nuestra cuenta. ¿Qué significa esto? Quiere decir que no debemos ir con nuestra propia fuerza, porque Dios ha prometido que él irá con nosotros.—Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 128, 129 (1886). Ev 51.4

En los primeros días—Obedeciendo la orden de Dios de “Proseguid adelante”, avanzamos cuando las dificultades que debíamos vencer parecían imposibilitar la marcha. Sabemos cuánto ha costado llevar a cabo los planes de Dios en el pasado, tarea que nos ha hecho como pueblo, lo que hoy somos. Por lo tanto, que todos tengan muchísimo cuidado de no confundir las mentes en lo que atañe a las cosas que Dios ha dispuesto para nuestra prosperidad y éxito en el adelantamiento de su causa.—Carta 32, 1892. Ev 51.5

Dejad los resultados con Dios—La buena simiente sembrada puede permanecer algún tiempo en un corazón frío, mundano y egoísta, sin dar evidencia de que haya arraigado; pero con frecuencia el Espíritu de Dios obra en ese corazón y lo riega con el rocío del cielo, y la semilla que había permanecido oculta durante largo tiempo brota y finalmente lleva fruto para gloria de Dios. En la obra de la vida no sabemos qué ha de prosperar, si esto o aquello. No nos corresponde, como pobres mortales decidirlo. Debemos hacer nuestro trabajo y dejar los resultados con Dios.—Testimonies for the Church 3:248 (1872). Ev 52.1

Ayudad a las iglesias que trabajan—Toda asociación, sea grande o pequeña, es responsable de efectuar una labor fervorosa y solemne para preparar a la gente para la venida de Cristo. Las iglesias de la asociación que están deseosas de trabajar, y necesitan ayuda a fin de saber cómo realizar una obra eficaz, deben tener el auxilio necesario. Que cada obrero de asociación despierte para hacer que su campo sea una agencia intensamente activa para la edificación de la obra de Dios. Que todo miembro de iglesia llegue a ser un miembro activo, para edificar los intereses espirituales. Con santo amor, por medio de humilde oración y fervoroso trabajo, cumplan los ministros su parte.—Manuscrito 7, 1908. Ev 52.2

Dios maneja el timón—Peligros temibles se hallan delante de aquellos que llevan responsabilidades en la causa de Dios: peligros que el solo pensar en ellos me hace temblar. Pero nos viene este mensaje: “Mi mano está sobre el timón, y no permitiré que los hombres controlen mi obra en estos últimos días. Mi mano maneja el timón, y mi providencia continuará cumpliendo los planes divinos, pese a las invenciones humanas”... Ev 52.3

En la gran obra final, nos encontraremos con perplejidades con las cuales no sabremos cómo tratar, pero no olvidemos que los tres grandes poderes del cielo están trabajando, que una mano divina está sobre el timón y que Dios hará que se realicen sus propósitos.—Manuscrito 118, 1902. Ev 52.4

Apoyo hasta que la obra termine—Hay que amonestar al mundo. Velad, esperad, orad, trabajad, y no permitáis que nada se haga con rivalidad y vanagloria. Que no se haga nada para aumentar el prejuicio, y en cambio hágase todo lo posible por disminuirlo, dejando entrar la luz, los brillantes rayos del Sol de justicia, para que iluminen las tinieblas morales. Hay que llevar a cabo una gran obra aún y hay que realizar todo esfuerzo posible para revelar a Cristo como el Salvador que perdona los pecados, a Cristo como el portador del pecado, a Cristo como la brillante estrella matutina, y el Señor nos dará su apoyo frente al mundo hasta que hayamos hecho nuestra obra.—Carta 35, 1895. Ev 52.5