El Evangelismo

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Provéase de edificios a las iglesias

Monumentos de la verdad—Cuando se despierta un interés en una ciudad o pueblo, este interés debe ser atendido. El lugar debe ser trabajado cabalmente, hasta que se erija una humilde casa de culto como una señal, un monumento del día de descanso de Dios, una luz en medio de las tinieblas morales. Estos monumentos han de estar en pie en muchos lugares como testigos de la verdad. Dios en su misericordia ha resuelto que los mensajeros del Evangelio vayan a todos los países, lenguas y pueblos, hasta que la norma de la verdad se establezca en todas partes del mundo habitado.—Testimonies for the Church 6:100 (1900). Ev 275.4

Asegura una obra estable—Dondequiera que se forme un grupo de creyentes debería edificarse una casa de culto. No abandonen los obreros el lugar sin realizar esto. Ev 276.1

En muchos lugares donde se ha predicado el mensaje y donde hay personas que lo han aceptado, ellas están sujetas a limitaciones, y por lo tanto pueden realizar muy poco para hacer lo necesario para que la obra sea representada dignamente. Con frecuencia esto dificulta el progreso de la obra. Cuando hay quienes se interesan en la verdad, los pastores de otras iglesias les dicen—y estas palabras son repetidas por los miembros de iglesia—: “Esta gente no tiene iglesia, de manera que no tendréis dónde adorar. Formáis parte de un grupo pequeño, pobre e ignorante. Dentro de poco tiempo los pastores se irán y el interés morirá. Entonces abandonaréis todas esas nuevas ideas que habéis recibido”. Ev 276.2

¿Podemos suponer que esto no constituirá una fuerte tentación para los que han comprendido las razones de nuestra fe y que han sido convencidos por el Espíritu de Dios acerca de la verdad presente? Hay que repetir con frecuencia que de un pequeño comienzo puede surgir un gran interés. Si manifestamos sabiduría, un juicio santificado y una hábil dirección en el afianzamiento de los intereses del reino de nuestro Redentor, haremos todo lo que esté en nuestro poder para asegurar a la gente en lo que concierne a la estabilidad de la obra. Y así se edificarán santuarios humildes donde los que aceptan la verdad encontrarán un lugar para adorar a Dios de acuerdo con los dictámenes de su propia conciencia.—Testimonies for the Church 6:100, 101 (1900). Ev 276.3

Adquisición de propiedades en las ciudades—En toda ciudad donde se proclame la verdad hay que levantar iglesias. En algunas ciudades grandes hay que edificar iglesias en varios sitios. En algunos lugares se ofrecerán en venta casas de culto a un precio razonable, y éstas pueden adquirirse ventajosamente.—Carta 168, 1909. Ev 276.4

No más humilde que nuestros hogares—Hubo tiempos cuando se estimó necesario adorar a Dios en lugares muy humildes, pero el Señor no retiró su Espíritu ni rehusó su presencia a causa de esto. Era lo mejor que su pueblo podía hacer en esos momentos, y él nunca reprobó ni condenó sus esfuerzos cuando lo adoraron en espíritu y en verdad. Pero ahora él nos ha bendecido con recursos, y nosotros los gastamos haciendo atractivas nuestras casas y llevando a cabo nuestros planes para agradarnos, honrarnos y glorificarnos a nosotros mismos. El Señor no derramará sobre nosotros su bendición si nos conformamos con dejarlo fuera de nuestros planes y con adorarlo en un lugar más pobre y más inconveniente que en el lugar en que estamos dispuestos a vivir; el Señor hará esto—repito—si colocamos nuestros propósitos egoístas en un lugar supremo, y si relegamos a Dios y a su culto a una posición secundaria.—Manuscrito 23, 1886. Ev 276.5

Sencilla, bonita y perfecta en su diseño—Dios no nos ha mandado que le erijamos un edificio que se compare en riqueza y esplendor con el templo. Pero hemos de edificar una humilde casa de culto, sencilla, bonita y perfecta en su diseño. Ev 277.1

Luego, traten aquellos que tienen medios, de ser tan liberales y de tan buen gusto en la erección de un templo donde podamos adorar a Dios como lo han sido en ubicar, edificar y amueblar sus propias casas. Manifiesten una disposición y un deseo de mostrar mayor honor a Dios que a sí mismos. Edifiquen con belleza, pero no con extravagancia. Sea construida la casa en forma conveniente y cabal, de manera que cuando sea presentada a Dios él pueda aceptarla, y hacer que su Espíritu descanse sobre los adoradores que anhelan solamente su gloria. Nada debe interponerse entre la gloria de Dios y nosotros; no debe haber planes egoístas, ni proyectos egoístas, ni propósitos egoístas. Debe haber armonía con Dios.—Manuscrito 23, 1886. Ev 277.2

Edificios sólidos—Algunos preguntarán: ¿Por qué la Hna. White siempre emplea las palabras “sencillo, pulcro y sólido”, cuando habla de edificios? Esto se debe a que deseo que nuestros edificios representen la perfección que Dios requiere de su pueblo. Ev 277.3

“Pero—dirá alguno—, si el Señor ha de venir tan pronto, ¿por qué Ud. insta a nuestros constructores a colocar el mejor material en los edificios que levantan?” ¿Nos atreveríamos a dedicar a Dios una casa edificada con material ordinario y construida en forma tan descuidada que corra el riesgo de ser levantada por el viento fuerte? Nos avergonzaríamos de colocar un material indigno en un edificio para el Señor., Y yo no aconsejaría a nadie que colocase material sin valor en la casa. Esto no resulta económico. Los pisos de nuestras casas deberían hacerse de buena madera seca. Esto costará un poquito más, pero con el tiempo ahorrará muchas molestias. Las partes de un edificio deberían ensamblar bien y unirse cabalmente. Cristo es nuestro ejemplo en todas las cosas. Trabajó con su padre José en el oficio de carpintero, y cada objeto que hizo lo hizo bien, con sus diferentes partes coincidiendo exactamente de manera que todo el objeto podía soportar la prueba. Ev 277.4

Cualquier cosa que hagáis hacedla tan bien como los métodos correctos y vuestra fuerza y habilidad lo permitan. Sea vuestra obra como el modelo que os fue mostrado en el monte. Los edificios construidos serán sometidos pronto a una severa prueba.—Manuscrito 127, 1901. Ev 278.1

Los miembros han de ayudar a edificar—Cuando se construya una iglesia, los miembros deben levantarse y edificar. Los recién convertidos, bajo la dirección de un pastor que sea guiado por el consejo de sus colaboradores trabajen con sus propias manos, diciendo: Necesitamos una iglesia y tendremos una iglesia, y cada uno de nosotros hará lo mejor que pueda para ayudar en la edificación... Ev 278.2

Revelemos a Cristo al avanzar. Dios exige de aquellos que profesan seguir a Jesús, que hagan esfuerzos gozosos y unidos en su causa. Hágase esto y pronto se oirá la voz de acción de gracias: “Ved lo que ha hecho el Señor”.—Carta 65, 1900. Ev 278.3

Ayuda financiera externa—Necesitamos todos estar completamente despiertos para que, a medida que se abra el camino, hagamos progresar la obra en las grandes ciudades. Estamos muy atrasados en lo que respecta a seguir la instrucción de entrar en estas ciudades y erigir monumentos para Dios. Paso a paso hemos de conducir a las almas a la plena luz de la verdad. Hemos de continuar trabajando hasta que se organice una iglesia y se edifique una humilde casa de culto. Me siento muy inclinada a creer que muchas personas que no son de nuestra fe ayudarán considerablemente con sus recursos. La luz que me ha sido dada es que en muchos lugares, especialmente en las grandes ciudades de América, se recibirá ayuda de tales personas.—The Review and Herald, 30 de septiembre de 1902. Ev 278.4

Diversos estilos arquitectónicos—En muchos lugares se construyen iglesias, pero éstas no necesitan edificarse siguiendo el mismo estilo. Estilos arquitectónicos diferentes pueden ser adecuados para sitios diferentes. Ev 278.5

En el pectoral del sumo sacerdote había muchas piedras preciosas, pero cada una refulgía con su luz especial, contribuyendo a la belleza del conjunto. Cada piedra tenía su significación especial y contenía un mensaje importante de parte de Dios. Había muchas piedras pero un solo pectoral. Asimismo hay muchas mentes, pero una sola Mente. En la iglesia hay muchos miembros y cada uno de ellos tiene sus características peculiares, pero todos constituyen una sola familia.—Carta 53, 1900. Ev 278.6

Hay que prestar atención a la ventilación—El sábado de tarde, la hermosa y cómoda casa de culto de—-estaba repleta hasta su capacidad máxima. Hacía calor, de modo que se requería una buena ventilación. Pero las hermosas y coloridas ventanas no se habían hecho para ser abiertas. Como resultado, la congregación sufrió intensamente, y la persona que habló quedó tan intoxicada que experimentó mucho sufrimiento durante la semana, y a duras penas pudo cumplir con uno de sus tres compromisos en la ciudad de Nueva York. ¿Por qué un pueblo que tiene abundancia de información acerca de la salud, de la higiene y de los métodos de ventilación permite que haya casas de culto edificadas deficientemente y que año tras año permanezcan como depósitos cerrados de aire envenenado?—The Review and Herald, 25 de noviembre de 1909. Ev 279.1

Hay que hacer provisión para la escuela de iglesia—Los obreros que trabajan en nuevos territorios no deberían sentirse en libertad para abandonar sus campos de trabajo hasta haber provisto de las facilidades necesarias a las iglesias que están bajo su cuidado. No sólo hay que edificar una casa de culto humilde, sino que también hay que tomar todas las disposiciones necesarias para establecer una escuela de iglesia permanente. Ev 279.2

Este asunto me ha sido presentado con toda claridad. Vi que en diversos lugares surgían nuevos grupos de creyentes y se edificaban casas de culto. Los que acababan de entrar en la fe ayudaban voluntariamente y los que poseían recursos financieros contribuían con ellos. En la parte inferior de la iglesia, pero sobre el nivel del suelo, se me mostró una habitación que había sido provista como escuela donde los niños pudiesen ser educados en las verdades de la Palabra de Dios. Se eligieron maestros consagrados para que fueran a esos lugares. Esas escuelas no tenían muchos alumnos, pero eso constituía un buen comienzo.—Testimonies for the Church 6:108 (1900). Ev 279.3

Avanzad—Cuando iniciamos la obra en un nuevo campo y reunimos a un grupo de creyentes, los dedicamos a Dios y luego nos empeñamos en la tarea de unirlos a nosotros en la edificación de una humilde casa de culto. Luego, cuando la capilla ha quedado terminada y ha sido dedicada al Maestro, vamos a nuevos campos. Se nos ha ordenado con toda claridad: “Avanzad”, y tan pronto como el mensaje de amonestación ha sido dado en un lugar, y han quedado allí hombres y mujeres capaces de continuar la obra, nosotros avanzamos hacia los lugares de la viña del Señor que no han sido trabajados.—Carta 154, 1899. Ev 279.4