El Ministerio de Curación

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Cristo, fuente del conocimiento verdadero

De por sí, el aceptar nuevas teorías no infunde nueva vida al alma. Aun el conocimiento de hechos y teorías importantes en sí mismos resulta de escaso valor si no lo practicamos. Necesitamos sentir la responsabilidad de dar a nuestra alma el alimento que nutra y estimule la vida espiritual. MC 362.2

Esté “atento tu oído a la sabiduría;
si inclinares tu corazón a la prudencia, ...
si como a la plata la buscares,
y la escudriñares como a tesoros;
entonces entenderás el temor de Jehová,
y hallarás el conocimiento de Dios. ...
Entonces entenderás justicia, juicio,
y equidad, y todo buen camino.
Cuando la sabiduría entrare en tu corazón,
y la ciencia fuere dulce a tu alma,
el consejo te guardará,
te preservará la inteligencia.”
MC 362.3

La sabiduría “es árbol de vida a los que de ella asen:
y bienaventurados son los que la mantienen.” Proverbios 2:2-11; 3:18.
MC 362.4

La pregunta que debemos estudiar es: “¿Qué es la verdad; la verdad que hemos de estimar, amar, honrar y obedecer?” Los partidarios ardientes de la ciencia han quedado derrotados y descorazonados en sus esfuerzos por descubrir a Dios. Lo que necesitan investigar hoy día es: “¿Cuál es la verdad que nos capacitará para salvar nuestra alma?” MC 362.5

“¿Qué os parece del Cristo?” es la pregunta de importancia suprema. ¿Recibís al Cristo como Salvador personal? A todos los que le reciben les da facultad de ser hechos hijos de Dios. MC 363.1

Cristo reveló a Dios a sus discípulos de un modo que realizó en sus corazones una obra especial, tal como desea hacerla en nuestros corazones. Son muchos los que, espaciándose en teorías, han perdido de vista el poder vivo del ejemplo del Salvador. Han perdido de vista a Cristo como el que obra humilde y abnegadamente. Necesitan contemplar a Jesús. Día tras día necesitamos una nueva revelación de su presencia. Necesitamos seguir más de cerca su ejemplo de desprendimiento y sacrificio abnegado. MC 363.2

Necesitamos la experiencia que tenía San Pablo cuando escribió: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20. MC 363.3

El conocimiento de Dios y de Jesucristo, expresado en el carácter, es una exaltación por encima de cualquier otra cosa que se estime en el cielo o en la tierra. Es la educación suprema. Es la llave que abre los pórticos de la ciudad celestial. Es designio de Dios que posean este conocimiento todos los que se revisten del Señor Jesucristo. MC 363.4