La Fe por la Cual Vivo

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Los mandamientos de Dios son inmutables, 15 de marzo

Las obras de sus manos son verdad y juicio: fieles son todos sus mandamientos; afirmados por siglo de siglo, hechos en verdad y rectitud. Salmos 111:7, 8. FV 82.1

“La ley de Dios existía antes de la creación, de lo contrario, Adán no habría pecado.”—The S.D.A. Bible Commentary 1:1104. FV 82.2

“Impulsado por el amor y con el deseo de elevarnos y ennoblecernos, Dios nos ha provisto de una norma de obediencia. Con tremenda majestad y entre relámpagos y truenos, proclamó desde el monte Sinaí sus diez santos preceptos. Esta ley revela el deber de toda la familia humana; los primeros cuatro preceptos definen nuestro deber hacia Dios, y los últimos seis, nuestro deber hacia sus criaturas.”—The Signs of the Times, 9 de enero de 1912. FV 82.3

“Siendo que la ley de Dios es una revelación de su voluntad, trasunto de su carácter, debe permanecer para siempre ‘como testigo fiel en el cielo.’ Ni un mandamiento ha sido anulado; ni un punto ni un tilde han sido cambiados. Dice el salmista: ‘¡Hasta la eternidad, oh Jehová tu Palabra permanece firme en el cielo!’ ‘Seguros son todos sus preceptos: establecidos para siempre jamás.’”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 486. FV 82.4

“Desde el principio el gran conflicto giró en derredor de la ley de Dios. Satanás había procurado probar que Dios era injusto, que su ley era defectuosa, y que el bien del universo requería que fuese cambiada. Al atacar le ley, procuró derribar la autoridad de su Autor.”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 55. FV 82.5

“A causa de las tentaciones de Satanás, todos los miembros de la raza humana se han convertido en transgresores de la ley divina; pero en virtud del sacrificio de su Hijo se abre un camino por el cual pueden regresar a Dios. Por medio de la gracia de Cristo pueden llegar a ser capaces de obedecer la ley del Padre.”—Ibid. 351. FV 82.6