La Fe por la Cual Vivo

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Consolador y maestro, 19 de febrero

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho. Juan 14:26. FV 58.1

“El Espíritu Santo es el representante de Cristo, pero despojado de la personalidad humana e independiente de ella. Estorbado por la humanidad, Cristo no podía estar en todo lugar personalmente. Por lo tanto, convenía a sus discípulos que fuese al Padre y enviase el Espíritu para ser su sucesor en la tierra. Nadie podría entonces tener ventaja por su situación o su contacto personal con Cristo. Por el Espíritu, el Salvador sería accesible a todos.”—El Deseado de Todas las Gentes, 606. FV 58.2

“En toda ocasión y lugar, en todas las tristezas y aflicciones, cuando la perspectiva parece sombría y el futuro nos deja perplejos y nos sentimos impotentes y solos, es enviado el consolador en respuesta a la oración de fe. Las circunstancias pueden separarnos de todo amigo terrenal, pero ninguna circunstancia ni distancia puede separarnos del Consolador celestial. Dondequiera que estemos, dondequiera que vayamos, está siempre a nuestra diestra para apoyarnos, sostenernos y animarnos.”—Ibid. 607. FV 58.3

“El Consolador es llamado Espíritu de verdad. Su obra consiste en definir y mantener la verdad. Primero mora en el corazón como el espíritu de verdad y así viene a ser el Consolador. Hay consuelo y paz en la verdad, pero no se puede hallar verdadera paz ni consuelo en la mentira.... Por medio de las Escrituras, el Espíritu Santo habla a la mente y graba la verdad en el corazón.”—Ibid. 608. FV 58.4

“En medio de la confusión de doctrinas engañosas, el Espíritu de Dios será un guía y escudo para aquellos que no hayan resistido las evidencias de la verdad y hayan acallado toda otra voz que la de Aquel que es la verdad.”—Obreros Evangélicos, 306. FV 58.5