La Fe por la Cual Vivo

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La tercera persona de la deidad, 15 de febrero

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la participación del Espíritu Santo sea con vosotros todos. Amén. 2 Corintios 13:13. FV 54.1

“El Espíritu Santo es un agente libre, activo e independiente. El Dios del cielo usa su espíritu como a él le place; y las mentes humanas, el juicio humano y los métodos humanos, no pueden fijar límites a su obra, o señalar un canal por el cual deba obrar, así como no pueden decir al viento: ‘Te prohíbo soplar en tal dirección y comportarte en tal o cual manera.’”—The Signs of the Times, 8 de marzo de 1910. FV 54.2

“Desde el principio Dios ha estado obrando por el Espíritu Santo mediante instrumentos humanos para el cumplimiento de su propósito en favor de la raza caída.... El mismo poder que sostuvo a los patriarcas, que dio fe y ánimo a Caleb y Josué y que hizo eficaz la obra de la iglesia apostólica, ha sostenido a los fieles hijos de Dios en cada siglo sucesivo.”—Los Hechos de los Apóstoles, 40. FV 54.3

“El Espíritu Santo era el más elevado de todos los dones que pudiese solicitar de su Padre para la exaltación de su pueblo. El Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de Cristo habría sido inútil. El poder del mal se había estado fortaleciendo durante siglos, y la sumisión de los hombres a este cautiverio satánico era asombrosa. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino.”—El Deseado de Todas las Gentes, 608. FV 54.4

“El Espíritu Santo es un auxiliador eficaz para restaurar la imagen de Dios en el alma humana.”—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 55. FV 54.5