La Fe por la Cual Vivo

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Vida en la palabra de Dios, 15 de enero

El espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado, son espíritu, y son vida. Juan 6:63. FV 23.1

“La palabra de Dios es la simiente. Cada semilla tiene en sí un poder germinador. En ella está encerrada la vida de la planta. Así hay vida en la Palabra de Dios. Cristo dice: ‘Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.’ ... En cada mandamiento y en cada promesa de la palabra de Dios se halla el poder, la vida misma de Dios, por medio de los cuales puede cumplirse el mandamiento y realizarse la promesa. Aquel que por la fe recibe la palabra, está recibiendo la misma vida y carácter de Dios.”—Sketches From the Life of Paul, 28, 29. FV 23.2

“Al comer su Palabra, aumenta nuestra fuerza espiritual, crecemos en la gracia y el conocimiento de la verdad. Se forman y fortalecen hábitos de dominio propio. Las flaquezas de la infancia—inquietud, caprichos, egoísmos, palabras apresuradas, actos apasionados—desaparecen y en su lugar, se desarrollan las gracias de la virilidad y la femineidad cristianas.”—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 160. FV 23.3

“Con su poder, los hombres y mujeres han roto las cadenas de los hábitos pecaminosos. Han renunciado al egoísmo. Los profanos se han vuelto reverentes; los beodos, sobrios; los libertinos, puros. Las almas nacidas a semejanza de Satanás, han sido transformadas a la imagen de Dios. Este cambio es en sí el milagro de los milagros. Es un cambio obrado por la Palabra, uno de los más profundos misterios de la Palabra.”—La Educación, 168. FV 23.4