La Fe por la Cual Vivo

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Cerrando la puerta a la tentación, 20 de agosto

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 1 Juan 2:15. FV 240.1

“Entre las compañías frecuentadas por los seguidores de Cristo para obtener recreación cristiana, y las reuniones mundanas para obtener placer y diversión, existirá un notable contraste. En vez de la oración y mención del nombre de Cristo y de las cosas sagradas, se oirá de los labios de los mundanos, la risa insensata y la conversación trivial. El objeto es divertirse en forma general.”—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 256. FV 240.2

“Algunas de las diversiones más populares, como el fútbol y el boxeo, se han transformado en escuelas de brutalidad.... FV 240.3

“Otros juegos atléticos, aunque no son tan brutales, son apenas menos objetables, a causa del exceso al cual son llevados. Estimulan el amor al placer y a la excitación, fomentando la antipatía hacia el trabajo útil, la tendencia a esquivar las responsabilidades y deberes prácticos.... Así se abre la puerta a la disipación y a la ilegalidad, con sus terribles resultados.”—La Educación, 206. FV 240.4

“El cristiano verdadero no tendrá deseos de entrar en ningún lugar de diversión ni participar de ningún placer sobre los cuales no pueda pedir la bendición de Dios. No se lo hallará en el teatro, el salón de billar, o la cancha de bolos. No participará en el baile o en ningún otro placer que borre a Cristo de la mente. A aquellos que abogan por estas clases de diversiones les digo: No podemos participar de ellas en el nombre de Jesús de Nazaret.... Ningún cristiano desearía que la muerte lo sorprendiera en un lugar tal. Ninguno desearía hallarse allí cuando Cristo venga.”—The Adventist Home, 515, 516. FV 240.5