La Fe por la Cual Vivo

135/366

Santidad de vida, 14 de mayo

Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Hebreos 12:14. FV 142.1

“No es una evidencia concluyente de que un hombre sea cristiano el que manifieste éxtasis espiritual bajo circunstancias extraordinarias. La santidad no es arrobamiento; es una entrega completa de la voluntad a Dios; es vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios; es hacer la voluntad de nuestro Padre celestial; es confiar en Dios en las pruebas y en la oscuridad tanto como en la luz; es caminar por fe y no por vista; y fiarse de Dios con confianza que no vacile, y descansar en su amor.”—Los Hechos de los Apóstoles, 39. FV 142.2

“Nadie puede ser omnipotente, pero todos pueden limpiarse de la impiedad de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor del Señor. Dios requiere que cada alma sea pura y santa. Tenemos tendencias hereditarias hacia el mal. No necesitamos continuar con ellas a cuestas. Es una debilidad humana abrigar el egoísmo porque es un rasgo natural del carácter. Pero a menos que desechemos todo egoísmo, a menos que crucifiquemos el yo, jamás llegaremos a ser santos como Dios es santo.... FV 142.3

“Dios requiere en todo la perfección moral. Los que han recibido luz y oportunidades como mayordomos de Dios debieran perseguir la perfección y jamás rebajar la norma de justicia a fin de acomodarla a sus tendencias heredadas y cultivadas hacia el mal. Cristo tomó sobre sí nuestra naturaleza y vivió nuestra vida para mostrarnos que es posible para nosotros ser semejantes a él.”—Carta 9, 1899. FV 142.4