En los Lugares Celestiales

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Pedid con fe, 15 de marzo

Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Marcos 11:24. ELC 83.1

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Mateo 7:11. Estos dones nos son dados gratuitamente por Dios. Oh, ¡cuán débil es nuestra fe, que no nos beneficiamos con las ricas y gloriosas promesas de Dios! Él nos concede voluntariamente sus dones. El Omnisciente y Omnipotente nos dará liberalmente todo lo que le pidamos con fe. Él es más misericordioso, más tierno, más paciente y amante que cualquier padre terrenal. Nos atrae con palabras cariñosas, para que tomemos ánimo y confianza.—The Review and Herald, 30 de octubre de 1900. ELC 83.2

El creyente en Cristo está consagrado a un propósito elevado y santo... Llamado según el propósito de Dios, apartado por la gracia divina, revestido con la justicia de Cristo, imbuido del Espíritu Santo, ofreciendo los sacrificios de un corazón quebrantado y contrito, el verdadero creyente es en verdad un representante del Redentor. Dios mira con agrado a un adorador tal. Dejará resplandecer su luz en los ámbitos de la mente y en el templo del alma si los hombres, cuando tienen falta de sabiduría, se retiran en oración privada y piden sabiduría a Aquel que la da a todos los hombres abundantemente y sin reproche. La promesa es: “Y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”. Santiago 1:5, 6... Mostrad una confianza firme, inquebrantable en Dios. Sed fieles a los principios. No vaciléis... ELC 83.3

Todas las cosas son posibles a los que creen. Nadie que acuda al Señor en sinceridad de corazón será chasqueado. ¡Cuán maravilloso es poder orar eficazmente, que los indignos, falibles mortales tengan el poder de ofrecer sus peticiones a Dios!—Ibid. ELC 83.4