En los Lugares Celestiales

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El reino del amor santo, 31 de diciembre

Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Apocalipsis 11:15. ELC 374.1

El gobierno del reino de Cristo no se asemeja a ningún gobierno terreno. Es una representación de los caracteres de quienes componen el reino... En su corte preside el amor, y sus oficios y empleos están adornados por el ejercicio de la caridad. Pide a sus siervos que manifiesten compasión, benevolencia, sus propios atributos, en todas las tareas de su oficio, y que hallen su felicidad y satisfacción reflejando el amor y la tierna compasión de la naturaleza divina... ELC 374.2

Sólo el poder de Cristo puede obrar la transformación en el corazón y la mente a fin de que todos los que quisieren puedan participar con él de la nueva vida en el reino de Dios. “El que no naciere de nuevo”, dijo el Salvador, “no puede entrar en el reino de Dios”. Juan 3:3, 5. La religión que proviene de Dios es la única que puede conducir a Dios. A fin de que podamos servirle rectamente debemos nacer del Espíritu divino. Esto purificará el corazón y renovará la mente, y nos dará una nueva capacidad para conocer y amar a Dios. Nos dará una obediencia voluntaria a todos sus requerimientos. Esa es la verdadera adoración.—Manuscrito 9, 1908. ELC 374.3

“Tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota. Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos... Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará... No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad”. Isaías 33:20-24.—Ibid. ELC 374.4