En los Lugares Celestiales

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Valor intrépido, 16 de noviembre

Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón. Salmos 31:24. ELC 329.1

Los recursos del Cielo son ilimitados y están todos a nuestra disposición... ¿No se les han presentado a los que siguen a Cristo las más altas virtudes para ser cultivadas, los mayores honores para ser ganados? Dios les pide que participen en una carrera en la que todos pueden ganar. Les pide que se alisten en una guerra en la que cada uno puede ser triunfador. Un manto de justicia y una corona de vida eterna: ésa es la recompensa puesta ante el vencedor. ELC 329.2

Los habitantes del universo celestial esperan que los seguidores de Cristo brillen como luces en el mundo. Han de manifestar el poder de la gracia concedida a los hombres por la muerte de Cristo. Dios espera que los que profesan ser cristianos revelen en su vida el más alto grado de desarrollo de cristianismo. Han de ser reconocidos como representantes de Cristo. Su obra consiste en mostrar que el cristianismo es una realidad. Han de ser hombres de fe, hombres de crecimiento constante, hombres de valor, hombres íntegros, que sin discutir confíen en Dios y sus promesas. ELC 329.3

Dios necesita hombres de valor intrépido, hombres llenos de esperanza, fe y confianza, que se regocijen pensando en el triunfo final y rehúsen rendirse ante los obstáculos. Aquel que se adhiere firmemente a los principios de la verdad tiene la certeza de que sus puntos de carácter más débiles pueden transformarse en los más fuertes. Los ángeles del cielo están junto al que lucha para poner su vida en armonía con Dios y su santa ley... Que los que están bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emanuel no hagan nada que haya de deshonrar la causa por la cual están luchando. Cristo espera que sus soldados sean valientes, leales y veraces.—The Review and Herald, 18 de febrero de 1904. ELC 329.4