En los Lugares Celestiales

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Victoria en el poderoso nombre de Jesús, 6 de septiembre

Torre fuerte es el nombre de Jehová; a él correrá el justo, y será levantado. Proverbios 18:10. ELC 258.1

Cristo fue asaltado por las más fieras tentaciones en el tiempo de su mayor debilidad. Así es como Satanás pensó que prevalecería. Con este procedimiento ha obtenido la victoria sobre el hombre. Cuando la fortaleza ha disminuido, y se ha debilitado el poder de la voluntad, y la fe ha cesado de reposar en Dios, entonces aquellos que habían resistido larga y valientemente por la justicia, fueron vencidos. Moisés estaba cansado con los cuarenta años de la peregrinación de Israel, cuando por el momento su fe dejó de sostenerse en el poder infinito... Así ocurrió con Elías quien se había mantenido impávido ante el rey Acab y había enfrentado a la nación entera de Israel con los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal a la cabeza. Después de ese terrible día en el Carmelo, ... Elías huyó por su vida ante las amenazas de la idólatra Jezabel. De este modo Satanás se había valido de la flaqueza de la humanidad y obrará todavía de la misma manera. ELC 258.2

Todas las veces que uno está rodeado de nubes, perplejo por las circunstancias, o afligido por la pobreza o la desgracia, Satanás está cerca para tentar y molestar. Ataca nuestros puntos débiles del carácter. Busca sacudir nuestra confianza en Dios, quien sufre debido a que existe tal situación. Somos tentados a desconfiar de Dios, a objetar su amor. A menudo el tentador se nos acerca como lo hizo con Cristo, poniendo de manifiesto ante nosotros nuestras flaquezas y debilidades. Espera desanimar el alma y quebrantar nuestro apoyo en Dios. Entonces está seguro de su presa. Si lo enfrentásemos como Jesús lo hizo, escaparíamos a muchas derrotas ... ELC 258.3

Jesús obtuvo la victoria por medio del sometimiento y la fe en Dios, y por eso mediante el apóstol nos dice, “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Santiago 4:7... Satanás tiembla y huye ante el alma más débil que encuentra refugio en ese poderoso Hombre.—Manuscrito 15, 1908. ELC 258.4