En los Lugares Celestiales

224/367

Gozo en servir, 10 de agosto

El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Marcos 10:43, 44. ELC 231.1

La verdadera dicha sólo se encuentra en una vida de servicio. El que vive una vida inútil y egoísta es miserable. Está descontento consigo mismo y con los demás. El Señor enseña a sus obreros que deben estar preparados para ocupar los lugares que les han sido asignados. De esa manera desea que se apresten a realizar un servicio más aceptable. ELC 231.2

Hay muchos que no están satisfechos de servir a Dios alegremente en el lugar que les ha señalado, de realizar sin quejarse la obra que ha colocado en sus manos. Es correcto que estemos descontentos de la forma en la que realizamos [nuestro] deber, pero no debemos estar descontentos con el deber mismo porque desearíamos realizar alguna otra cosa. En su providencia, Dios coloca delante de los seres humanos un servicio que será como una medicina para sus mentes enfermas. De esa manera [Dios] trata de guiarlos para poner a un lado la preferencia egoísta, la que, si se fomenta, podría descalificarlos para el trabajo que tiene para ellos.—The Review and Herald, 2 de mayo de 1907. ELC 231.3

Hay quienes desean tener un poder soberano, y que necesitan la santificación de la obediencia. Dios provoca un cambio en sus vidas. Tal vez coloca delante de ellos deberes que no habrían escogido. Si están dispuestos a ser guiados por él, les dará gracia y fortaleza para realizar esos deberes con espíritu de sometimiento y utilidad. De esa manera están siendo capacitados para ocupar lugares donde sus disciplinados talentos realicen un gran servicio. ELC 231.4

A veces Dios los prepara dándoles decepciones y aparente fracaso. Tiene el propósito de que aprendan a dominar la dificultad. Los inspira con una determinación de hacer que cada aparente fracaso resulte un éxito.—Ibid. ELC 231.5