En los Lugares Celestiales

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Modelo para niños y jóvenes, 26 de julio

Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Lucas 2:52. ELC 216.1

En la tierra Cristo vivió en el hogar de un campesino. Usó las mejores ropas que sus padres podían darle, pero eran las humildes vestiduras de los campesinos. Anduvo por los ásperos senderos de Nazaret y subió por las laderas de colinas y montañas. En su hogar era un trabajador incansable y el registro de su vida está lleno de actos útiles. Si Cristo hubiese pasado su vida entre los grandes y los ricos, el mundo de trabajadores hubiera sido privado de la inspiración que el Señor deseaba que tuviesen. Pero Cristo sabía que su obra debía comenzar consagrando la humilde tarea de los obreros que trabajan por su pan cotidiano. Aprendió el oficio de carpintero a fin de dar al trabajo honrado un sello de honorabilidad y nobleza para todos los que trabajan sinceramente para la gloria de Dios. Y los ángeles le asistían, porque Cristo estaba haciendo los negocios de su Padre trabajando en el banco del carpintero tan ciertamente como cuando obraba milagros para la muchedumbre. Recibió su cometido y autoridad del más alto poder, el Soberano del cielo. ELC 216.2

Cristo descendió a la pobreza para poder enseñarnos cuán cerca de Dios debemos andar en nuestra vida diaria... Podía hacer trabajos, llevar su parte al sostener la familia en su necesidad, acostumbrarse al cansancio, y sin embargo no mostrar impaciencia. Nunca su espíritu estaba tan lleno de los cuidados de esta vida que no pudiera dedicar tiempo o pensamientos a las cosas celestiales. A menudo tenía comunión con los cielos mediante el canto. Los hombres de Nazaret a menudo oían su voz elevarse en oración y acción de gracias a Dios... Una fragante influencia se difundía a los que estaban a su alrededor, y eran bendecidos. Sus alabanzas parecían echar a los malos ángeles y llenar el lugar de dulce fragancia.—The Review and Herald, 24 de octubre de 1899. ELC 216.3