En los Lugares Celestiales

14/367

La salvación es un contrato mutuo, 13 de enero

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12. ELC 21.1

La salvación es un contrato mutuo. “A todos los que le recibieron ... les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Con todo vuestro corazón, mente y alma, ¿entraréis en este contrato?—Manuscrito 8, 1914. ELC 21.2

Acudid a vuestro Redentor con fe y amante confianza, en procura de poder y sabiduría para hacer la obra de la edificación del carácter. Él se sienta como refinador para purificar el oro y la plata de toda escoria. Por lo tanto, recurrid continuamente a Cristo, y ningún material ordinario o falto de valor habrá en la estructura de vuestro carácter. ELC 21.3

Por fe podéis aceptar los méritos de la sangre del Hijo de Dios que fue derramada para que el pecador no perezca sino tenga vida eterna. Dios ha puesto sobre él todo poder para que pueda ayudar a todo el que rompe con Satanás y reconoce a Cristo como su única esperanza... Cuando estéis listos para cooperar con Aquel que puede preservaros de caer, vuestras resoluciones serán de algún valor. Cristo, el principal Restaurador, os sanará. Él trabaja poderosamente con todo el que es diligente... ELC 21.4

Romped con el enemigo. Desprendeos del príncipe del poder del aire y de la legión de sus colaboradores. ELC 21.5

Satanás resistirá los esfuerzos de los que eligen estar del lado del Señor. Recurrirá a toda suerte de engaño para frustrar sus esfuerzos. Pero Dios ha dado a su Hijo para llevar los pecados de los que buscan la verdad y justicia divinas. Está listo para impartir gracia a todo el que acude a él con fe... ELC 21.6

El ejercicio de la fe y el valor viril ampliarán la comprensión de lo que significa ser cristiano. Hemos de buscar aquella fe que obra por el amor y purifica el alma. Tendremos severas luchas con nuestras tendencias al mal, hereditarias y cultivadas. Debe haber una firme dependencia del Capitán de nuestra salvación. Él no fallará en hacer su parte.—Ibid. 8. ELC 21.7