Dios nos Cuida

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El sellamiento y la lluvia tardía, 16 de diciembre

Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. 2 Timoteo 2:19. DNC 359.1

Antes que sea completamente terminada la obra y finalice el sellamiento del pueblo de Dios, recibiremos el derramamiento del Espíritu Santo de Dios. Angeles del cielo estarán en nuestro medio. DNC 359.2

Nuestro Padre celestial no exige de nuestras manos lo que no podemos realizar. Desea que su pueblo trabaje fervientemente para cumplir el propósito que le ha asignado. Han de orar en busca de poder, esperar poder y recibir poder, a fin de que puedan crecer hasta la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. DNC 359.3

No todos los miembros de la iglesia están cultivando la piedad personal; por lo tanto, no comprenden su responsabilidad personal. No comprenden que es su privilegio y su deber alcanzar la alta norma de la perfección cristiana... ¿Estamos esperando la lluvia tardía, aguardando confiadamente un día mejor en que la iglesia ha de ser dotada con poder de lo alto y habilitada así para la obra? La lluvia tardía nunca refrigerará y vigorizará a los indolentes que no usen las facultades que Dios les ha concedido. DNC 359.4

Nos hallamos en gran necesidad de la atmósfera pura y vivificadora que nutre y fortifica la vida espiritual. Necesitamos un fervor cada vez mayor. El solemne mensaje que se nos ha entregado para darlo al mundo ha de ser proclamado con mayor ardor, con una intensidad que conmoverá a los incrédulos, induciéndolos a ver que el Altísimo está obrando con nosotros, que él es la Fuente de nuestra eficiencia y fortaleza... DNC 359.5

¿Estáis empleando todas vuestras facultades en un esfuerzo por traer las ovejas perdidas al redil? Hay miles y miles sumidos en la ignorancia que podrían ser advertidos. Orad como nunca habéis orado antes por el poder de Cristo. Orad por la inspiración de su Espíritu, a fin de que podáis ser henchidos con el deseo de salvar a los que perecen. DNC 359.6

Ascienda al cielo la oración: “Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación”. Salmos 67:1-2.* DNC 359.7