Dios nos Cuida

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Los fundamentos de la salvación, 10 de septiembre

Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. Efesios 5:8. DNC 262.1

El que mandó que la luz resplandeciera en medio de las tinieblas, arroja luz sobre la mente de todos los que quieran considerarlo como corresponde, amándolo supremamente, y manifestando una fe y una confianza inquebrantables en él. Su luz alumbra las cámaras de la mente y el templo del alma. El corazón se llena con la luz del conocimiento de la gloria que brilla en el rostro de Jesucristo. Y con esa luz viene el discernimiento espiritual... DNC 262.2

Al ceder voluntariamente a la evidencia de la verdad, y al caminar en la luz que alumbra nuestra senda, recibimos aún más luz. Mediante el poder de la manifestación de la gloria divina, constantemente progresamos en nuestra comprensión espiritual... DNC 262.3

El conocimiento de la verdad que tenía Cristo era directo, positivo, sin sombras. Mientras más conozca el hombre a Jesucristo, más cuidadoso será para tratar con respeto, cortesía y corrección a sus semejantes. Ha aprendido de Cristo y sigue su ejemplo en palabra y acción. Por fe está unido con Cristo. “Nosotros somos colaboradores de Dios”. 1 Corintios 3:9. DNC 262.4

Cristo oró para que se manifestara unidad entre sus seguidores. Esta unidad es la evidencia que debe convencer al mundo de que Dios envió a su Hijo para salvar a los pecadores. Servimos a Cristo al manifestar un amor mutuo verdadero, puro y santo. Los que han sido elegidos para relacionarse con las instituciones del Señor, deben ser hombres consagrados, abnegados, con espíritu de sacrificio, que vivan no para complacerse a sí mismos, sino al Maestro. Estos son los hombres que honrarán las instituciones del Señor. DNC 262.5

Un conocimiento de Dios y de Cristo es positivamente esencial para la salvación. Perdemos mucho cada día si no aprendemos más de la mansedumbre y la humildad de Cristo. Los que aprenden de Cristo obtienen la educación más elevada. Por medio de la fe y la dependencia de la gracia salvadora de Cristo, crecen en conocimiento y sabiduría. Aman y alaban al Señor... DNC 262.6

Los que lleguen a ser salvos deben preocuparse en esta vida de que cada día reciban la gracia de Dios, no para atesorarla con egoísmo, sino para impartirla a fin de que sea bendición para los que se relacionan con ellos, para ayudarlos a educarse en las cosas espirituales.* DNC 262.7