Cristo Nuestro Salvador

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La huida a Egipto

Herodes habló con engaño al decir que quería ir a adorar a Jesús. Deseaba saber dónde podría encontrar al niño, para mandarlo matar. Temía que el Salvador llegara a ser rey y le quitara su reino. CNS 18.1

Los magos se preparaban para volver y dar a Herodes la información que había pedido. Pero el ángel del Señor se les apareció en un sueño y les dijo que volvieran a su tierra por otro camino. CNS 18.2

“Y cuando ellos hubieron partido, he aquí que un ángel del Señor aparece en sueños a José, diciendo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto; y estáte allí hasta que yo te lo diga; porque Herodes buscará al niño para destruírle.” Mateo 2:13. CNS 18.3

José no esperó hasta la mañana, sino que se levantó luego y aquella misma noche emprendió el largo viaje. CNS 18.4

Los magos habían hecho valiosos dones a Jesús, y de esta manera Dios proveyó para los gastos de viaje y para la permanencia de la santa familia en Egipto, hasta su regreso a su tierra. CNS 18.5

Herodes se encolerizó cuando supo que los magos se habían vuelto a su tierra por otro camino. Sabía lo que Dios había dicho por su profeta tocante a la venida de Cristo. CNS 18.6

Comprendió que la estrella había sido enviada para guiar a los magos. Sin embargo, estaba resuelto a destruír a Jesús. En su ira, “enviando soldados, mató a todos los niños varones que había en Belén...de dos años abajo.” Mateo 2:16. CNS 18.7

¡Cuán extraño es que el hombre se atreva a hacer la guerra a Dios! ¡Qué escena tan espantosa debe haber sido aquella matanza de niños inocentes! Herodes había cometido ya muchas crueldades, pero pronto iba a terminar su vida de impiedad, y tuvo una muerte aterradora. CNS 19.1

José y María permanecieron en Egipto hasta después de la muerte de Herodes. Entonces el ángel apareció otra vez a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel: porque ya han muerto los que buscaban la vida del niño.” Mateo 2:20. CNS 19.2

José esperaba vivir en Belén donde Jesús había nacido, mas al llegar cerca de Judea, supo que un hijo de Herodes reinaba como sucesor de su padre. Esto le hizo temer ir allá, y no sabía qué hacer; por tanto Dios mandó un ángel para que le diera instrucciones. Siguiéndolas, José volvió a Nazaret. su antigua residencia. CNS 19.3